“Cómo se fabrica un machito”

Marina Castañeda, la psicoterapeuta mexicana que retrata “al macho mexicano” en el libro “El machismo ilustrado”

Una escena que se repite por los pasillos de los centros médicos todos los días: decenas de niños que van a ser vacunados.

Muchos de ellos tiemblan de terror al saber que van a ser pinchados por la aguja de una jeringa. Entonces se escucha la frase, tanto de madres como de padres, cuando el destinatario del pinchazo es un varón: “Mijo, no llore, demuestre que es un hombre”.

“Desde pequeños se incuba en los niños ese necesidad de demostrar que son hombres”, le dice a BBC Mundo la psicoterapeuta mexicana Marina Castañeda.

“Desde pequeños se incuba en los hombres esa necesidad de demostrar que son hombres”, dijo Marina Castañeda, autora de “El machismo ilustrado”. (Crédito: Eva Lobatón)

Por esa razón, la psicóloga se unió con la dibujante Eva Lobatón para crear “El machismo ilustrado”, un libro de caricaturas reeditado en agosto que reflexiona de una manera gráfica sobre esas actitudes machistas que se ven a diario en los hogares no sólo de México, sino también de toda América Latina y otras regiones del mundo.

En el contexto de la temporada 100 Mujeres organizada por la BBC, conversamos con Castañeda sobre ese “machismo cotidiano o light” que se presenta en su libro.

Marina Castañeda ha escrito varios libros en los que trata lo que ella ha denominado “el machismo

“Hay elementos del machismo que hoy día se han vuelto caricaturescos, detalles en la vida cotidiana que son dignos de risa y no sólo de lamentaciones”, apunta Castañeda.

Por esa razón, la psicóloga se unió con la dibujante Eva Lobatón para crear “El machismo ilustrado”, un libro de caricaturas reeditado en agosto que reflexiona de una manera gráfica sobre esas actitudes machistas que se ven a diario en los hogares no sólo de México, sino también de toda América Latina y otras regiones del mundo.

En el contexto de la temporada 100 Mujeres organizada por la BBC, conversamos con Castañeda sobre ese “machismo cotidiano o light” que se presenta en su libro.

¿De dónde surgió la idea de ilustrar el machismo?

El cómic está basado en mi libro “El machismo invisible”. Tanto en el libro como en el cómic se intentan describir las formas sutiles del machismo en México.

En su opinión, esa formación termina creando “machitos” que no son los que golpean ni maltratan psicológicamente, pero sí tienen actitudes de género estereotipadas en la vida cotidiana que pueden llegar a ser dignas de un dibujo animado.

“El machismo ilustrado” fue publicado en noviembre de 2013 por Taurus y reeditado en agosto pasado por Grijalbo. (Crédito: Taurus)

Pero no el machismo violento, flagrante, sino que se trata más de las formas light que pude tomar, esos pequeños gestos y actitudes de la vida cotidiana tanto de mujeres como hombres.

Esa era la idea de “El machismo invisible” y nosotros decidimos hacerlo historieta. ¿Por qué? Porque nuestro deseo era alcanzar a un público más joven, más dispuesto a leer un cómic que a leer un libro de 400 páginas.

Hay formas de ser, formas de hablar que ya pueden parecer ridículas, aún en una sociedad machista como la mexicana.

Estamos hablando de las clásicas formas de manipulación y de poder que fueron efectivas hace algunos años, pero ya no lo son más.

¿Como cuáles?

La actitud del macho mexicano que nunca admite haber cometido un error. Que no sólo tiene la razón, sino que considera que tiene derecho a tener la razón. O los hombres que no admiten que una mujer los interrumpa.

Eso es otra característica de la sociedad machista: que hombres y mujeres no sean amigos. Lo cual es absolutamente ridículo” Marina Castañeda, psicoterapeuta.

En mi trabajo como psicoterapeuta me encontré con casos así. Uno de ellos fue el de un paciente que me contó en medio de una sesión que “le había retirado el habla” a su esposa desde hacía una semana porque ella lo había interrumpido en medio de una conversación.

Esa frase contiene implícita la noción de que hablarle a una mujer es hacerle un favor. Es como quitarle un juguete a un niño.

Otro ejemplo es el de que los hombres siempre conducen. Entrevisté a más de 100 mujeres que decían que manejaban y que lo hacían bien.

“¿Cómo se fabrica un machito?”, una pregunta que es respondida con humor y una profunda reflexión en el libro de Castañeda y Lobatón. (Crédito: Eva Lobatón)

Entonces les pregunté por qué entonces sus maridos solían estar al volante y me respondieron que, cuando ellas manejaban las criticaban tanto, que decidieron dejarles el lugar. “Me daba tantas instrucciones”, contaron varias de estas mujeres.

En cambio, cuando le pregunté a los hombres la respuesta fue “porque yo manejo mejor”.

Entonces decidí investigar. Y todas las compañías de seguros que consulté me dijeron que estadísticamente las mujeres conducen mejor que los hombres. “Tienen menos accidentes. Son más cautelosas. Más prudentes”, me respondieron.

Es un ejemplo de cómo un comportamiento que tiene que ver con el control y el poder se ha vuelto un axioma, eso de que “las mujeres manejan pésimo”, y resulta que no es cierto.

Cuando el hombre pierde a su esposa, el hombre se vuelve a casar. Pero cuando la mujer pierde a su esposo, simplemente sigue cocinando” Margaret Mead, antropóloga.

Es una de las muchas costumbres que se han inscrito en la cultura popular. Hay muchas cosas más que ya no tienen sentido.

¿Por qué se siguen perpetuando?

Se siguen presentando porque han quedado inscritas como verdades casi biológicas.

Un ejemplo es que las mujeres son las únicas que pueden criar biológicamente a un bebé y que sólo las mujeres tienen instinto maternal. Esto es totalmente falso. La explicación es que hay miles de libros que enseñan cómo criar un bebé: o sea, no hay ningún instinto maternal, sino que se aprende.

 

 

 

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