Bogotá está en alerta roja por embarazo adolescente

Del 2012 al 2015 quedaron encinta 5.622 niñas y adolescentes de colegios públicos.

Por: Eltiempo.com 28.10. 16

Solo este año, el colegio Ciudadela Educativa de Bosa, en el suroccidente de Bogotá, ha tenido que enfrentar el embarazo de 14 estudiantes, pero entre el 2012 y el 2015, los casos llegaron a 76.

Durante tres años fueron guiados por el hospital Pablo Sexto para superar esta crisis, pero en marzo de este año dejaron de asistir, aún no saben por qué. Se fueron las charlas de métodos anticonceptivos. Este es el problema, en pequeña escala, que se crece como una bola de nieve en Bogotá y el país. Según los datos de la Encuesta de Demografía y Salud 2011, la tasa de embarazo adolescente en Bogotá en niñas y jóvenes, entre los 15 y los 19 años, es de 48 por cada 1.000 habitantes. Así de cruda es la situación que fue expuesta por el concejal Juan Carlos Flórez y su equipo después de una investigación, y que debatieron varios cabildantes esta semana en el Concejo.

Esta tasa, explicó Flórez, está muy por encima de la meta establecida para el país por los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la cual trazó para el 2015 llegar a 15 embarazos por cada 1.000 adolescentes de 15 a 19 años. Ciudad Bolívar, Bosa, San Cristóbal, Rafael Uribe, Santa Fe y Usme encabezan la lista de esta situación social en la capital.

Cada una de esas cifras tiene un rostro, un drama, casi siempre. “Quedé en embarazo por loqueras de nosotras, pensamos que de pronto tener novio o tener esposo era algo divertido. Así es como lo vemos los jóvenes”, dijo una estudiante de 17 años del colegio José María Vargas, de Ciudad Bolívar, al preguntarle la razón de su embarazo

Foto: Archivo particular

Dayanna Díaz quedó embarazada a los 17 años y se enteró de su estado a los dos meses de gestación. “Fue muy duro. Yo quería en mi vida estudiar, salir adelante para, ahí sí, formar una familia. Me la pasaba llorando, pero nunca pensé en abortar”.

Ella fue apoyada por su familia, pero no en todos los casos es así. El equipo expositor coincidió en afirmar que hay una brecha muy marcada por localidades, ya que la tasa en las de mayor pobreza supera “sustancialmente” la de la ciudad.

Las localidades con mayores carencias, como Ciudad Bolívar, Bosa, San Cristóbal, Santa Fe, Usme y Rafael Uribe, llegan a 66,2 embarazos por cada mil habitantes en niñas entre los 15 y los 19 años, superando incluso la de Haití, que para el 2015 fue de 60,62, según la Organización Mundial de la Salud. Otra situación se registra en zonas como Barrios Unidos (17,9 nacimientos por cada mil), Antonio Nariño (18,9), Chapinero (23 por cada mil) y Usaquén (29,3 por cada mil), pues se ubican muy por debajo de la tasa de la ciudad (48,1). La situación es dramática en los Mártires, La Candelaria y Santa Fe, localidades del centro, donde se concentran las zonas de tolerancia.

Allí, las cifras de embarazo en niñas de 10 a 14 años son hasta siete veces más altas de lo que se registra en el conjunto de la ciudad, que es de 1,23, explicó Flórez. Los Mártires necesita una intervención urgente, pues allí la tasa de embarazos para niñas entre 10 y 14 años es de 7,23 por cada mil. Lo propio se debe hacer en La Candelaria, donde la cifra alcanza 3,48 casos por mil, y en Santa Fe, que tiene una tasa de 2,06.

Intervención en colegios

En el 2012 fueron reportados 903 casos de embarazo adolescente al Sistema de Alertas Tempranas de la Secretaría de Educación; en el 2013 la cifra pasó a 1.325 casos, en el 2014 fueron 1.527 y en el 2015 se llegó a 1.867. Eso quiere decir que entre el 2012 y el 2015, el número de casos de embarazo reportados al sistema de alertas tempranas se incrementó en un 106 por ciento.

Significa que entre el 2012 y el 2015, 5.622 niñas y adolescentes, estudiantes de colegios públicos distritales, quedaron en embarazo, lo que causó 1.085 deserciones del sistema escolar; 908 de mujeres y 177 de hombres. Una deserción equivalente al 16 por ciento. “Si bien la deserción afecta principalmente a las mujeres, muchos hombres también abandonan el colegio para buscar empleo y afrontar su nuevo rol”, señaló el concejal Flórez. Según cálculos del cabildante, si una niña estudia en media jornada de la mañana o de la tarde, la probabilidad de que quede en estado de embarazo aumenta en un 18 por ciento frente a la niña que estudia en jornada completa.

Agregó que si la jornada es de la tarde, la incidencia es aún mayor. “Mientras en los colegios con jornada completa la incidencia de embarazos en el 2015 fue del 0,17 por ciento, en colegios con media jornada en la mañana fue del 0,86 por ciento y en jornada de la tarde, de 1,04”. Solo hace falta coger a algunos estudiantes al azar para darse cuenta de lo incipientes que están los modelos pedagógicos de prevención. “En mi colegio nunca ha habido nada de eso, en ningún lado que yo sepa; por eso mismo, uno tampoco está como informado bien”, dijo un estudiante del colegio José María Vargas.

El rector Ángel Alvarado, del colegio Miguel de Cervantes Saavedra, de Usme, que ocupa el primer lugar en embarazos en la ciudad, con 88 casos del 2012 al 2015, dijo que el problema en su colegio ha crecido. “Las campañas no logran responsabilidad en los jóvenes”. Algo similar pasa en el colegio República Dominicana, de Suba, que en los últimos cuatro años registró 57 niñas entre 14 y 17 años en cinta. “En estos diez meses no hemos recibido orientación ni acompañamiento de las secretarías de Educación, Integración Social o Salud, en la materia”, dijo la orientadora del colegio.

laprensa.hn/mundo

Esta misma situación se percibe en casi toda la ciudad, sin que se conozca en impacto real de los proyectos existentes.

Lo que dice el Gobierno

EL TIEMPO consultó a la Secretaría de Integración Social, y allí informaron que para el cuatrienio invertirá $ 7.440 millones en prevención del embarazo adolescente. Este rubro, más los presupuestos de las secretarías de la Mujer, Educación, Cultura, Planeación y Salud para esta problemática, suma $ 32.080 millones en los cuatro años.

Hoy, la Alcaldía tiene en funcionamiento la Mesa Distrital para el Programa de ‘Prevención de la maternidad y paternidad temprana’, que busca articular diferentes sectores en acciones de prevención.

‘Hay una débil respuesta de la Administración’ Juan Carlos Flórez, Concejal de ASI

¿Cómo le fue a la administración pasada?

Invirtieron más recursos, pero las metas fueron insustanciales. Para el cuatrienio anterior proyectó formar 8.000 niños y jóvenes en educación sexual y reproductiva, cuando solo en colegios distritales hay 507.025 estudiantes entre los 10 y los 19 años. La Secretaría de Educación no tuvo una meta concreta para la prevención y atención del embarazo adolescente.

Hay un dato que no deja a uno de impresionarlo, y es que entre el 2012 y el 2015, las alertas tempranas sobre embarazos en los colegios pasaron de 903 casos a 1.867 casos. Ese es un ejemplo de que no funcionó la política.

¿Qué dejó el debate?

Que aunque las secretarías de Salud, Educación e Integración Social pusieron en marcha algunas estrategias para orientar y prevenir a los jóvenes sobre las consecuencias de un embazado adolescente, no hay datos que permitan saber si los programas llegaron a todos los colegios.

¿No están articulados?

No se articuló la idea de mitigar los factores de riesgo asociados con mayores niveles de pobreza y jornada única con la prevención del embarazo, y tampoco se introdujeron programas orientados a garantizar el desarrollo humano de las jóvenes embarazadas a través de becas y estrategias que les facilitaran continuar sus estudios.

¿Qué espera de este gobierno?

Mi equipo y yo visitamos, entre agosto y octubre de este año, los colegios que reportaron más embarazos en adolescentes, y lo que encontramos es que están solos. No se ha pasado del discurso al hecho, pues los recursos para prevención y atención de embarazos en adolescentes se redujeron en un 76,2 por ciento. Yo le diría al Alcalde: la felicidad empieza por los niños y por los jóvenes, y en este caso no hay felicidad. Cuando una niña de 10 años queda embarazada, ¿eso qué felicidad es? Cuando una adolescente queda embarazada y termina desertando del colegio, termina uniéndose la fuerza laboral sin ninguna cualificación; eso no es felicidad. De manera que esta es una oportunidad ideal para que el Alcalde aterrice la idea de felicidad.

 

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