La comunidad universitaria de Francia defiende sus misiones y sus estatutos.

Leonardo da Vinci reproduce el mensaje enviado por Concha Benavides al Sindicato de profesores Universitarios de Francia, SNESUP, por sus siglas en francés, y la respuesta de su secretario general, Jean Fabbri:

Respetados profesores,

Los saludo en nombre de nuestro pequeño equipo del periódico Leonardo Da Vinci. Hemos sabido por las noticias de la lucha que ustedes realizan y estamos interesados en que ustedes mismos nos expliquen por qué están en huelga, cómo se ha desarrollado la protesta y qué respuestas han tenido de parte del gobierno. Si es posible que nos escriban un pequeño texto explicando esta situación para publicarla en el siguiente número del periódico que se encuentra en preparación.
Nosotros somos un pequeño grupo de profesores de la educación pública que desde Bogotá publicamos este periódico con una posición crítica sobre la problemática educativa en nuestro país, que por cierto, es muy grave. Nos gustaría poder mantener una relación con ustedes.
Les auguramos éxitos en la noble tarea de defender la educación pública.
Fraternalmente,
Concha Benavides

Respetada camarada, Le agradecemos su atención; somos muy felices al aprender que la solidaridad internacional funciona bien en esta lucha por una educación pública de calidad.

Le mando un artículo que puede utilizar para informarse, y para publicarlo en el Leonardo Da Vinci. Aquí en Francia, la protesta va creciendo, pero la lucha y la huelga a veces es agotadora para algunos. Conseguimos mantener un mes de huelga y ahora esperamos que el Gobierno nos escuche… Nos gustaría que usted nos de noticias de lo que pasa por su lado.

Con nuestra gratitud, y nuestro mejor saludo

el secretariado del SNESUP-FSU

               La comunidad universitaria de Francia defiende sus misiones y sus estatutos

Hay clamor unánime de rechazo a que la enseñanza y la investigación se manejen con criterios de mercado

Más de 100 000 docentes universitarios, investigadores, personal administrativo y técnico y también estudiantes cada vez en mayor número, participan en las huelgas y desfilaron estas últimas semanas en todas las ciudades universitarias (50.000 el 5 de febrero, 100.000 el 10 de febrero, 50.000 el 19, 50.000 el 24…. y 60.000 el 10 de marzo). Se muestran, para sorpresa de algunos, solidarios para resistir a la destrucción de sus herramientas, de sus estatutos. Exigen adecuadas condiciones de trabajo y de estudio. El rechazo a la política de la Ministra de la Enseñanza Universitaria y de la Investigación, Valérie Pécresse, y de sus discursos siempre auto satisfechos, es masivo, y sin precedentes.
Ni el Presidente de la República, ni el gobierno parecen entender la amplitud de una huelga responsable e inédita.

La determinación de los universitarios para ejercer enteramente sus misiones de investigación y de formación fue largamente menospreciada por un poder político que considera la investigación sólo como “innovación”, y la enseñanza, sus estimulaciones, su rigor, sus exigencias de coherencia, como cargas financieras reducibles. Los estudiantes, sus padres también, toman conciencia de que el compromiso de los universitarios encuentra sus propias exigencias: una enseñanza superior moderna, coherente, favoreciendo el apoyo individual para la orientación hacia el éxito, la definición y el  acompañamiento en los cursillos eventuales… El mundo universitario, por todos sus medios —millares de firmas en peticiones electrónicas,  mociones a centenares en los consejos de las universidades,  decenas de millares de colegas EN HUELGA!), exige

–      La retirada del proyecto de modificación del decreto relativo al estatuto de los docentes universitarios

–     Rechazar el desmantelamiento de la formación de los maestros, presentada con desmán como una “masterisation”

–     Volver a hablar de las 1030 supresiones de empleos previstas por el presupuesto 2009, y contratar un plan plurianual de empleadas

–     Parar de desmantelar los organismos de investigación,

Después de los universitarios, de los científicos reconocidos, de los presidentes de universidad cada vez más numerosos, de los electos, son nuestros conciudadanos que descubren que la diversidad de las disciplinas, de las modalidades  de investigación,  de enseñanza y de evaluación… engendró y forjó sin embargo, en varios establecimientos, una verdadera comunidad universitaria.

                                      ¡La lógica de competencia no es nuestra!

Esta solidaridad, en cierto modo revelada a sí misma, está conducida a valer más: es una oportunidad para el porvenir científico de nuestro país. Puede acelerar, en una lógica de acercamiento entre sus carreras, ciertas evoluciones positivas para la organización de la enseñanza universitaria, y para las sinergias fortalecidas entre los establecimientos y los organismos de investigación, favoreciendo la realización de las misiones que les confía la sociedad.

La lucha de los universitarios en Francia combate la lógica de competencia y la desestabilización del servicio público, como las luchas sacadas adelante en España, Italia, Grecia por el cuerpo universitario y los estudiantes.

La voluntad de vencer a la comunidad universitaria, si es una apuesta política y científica, es una decisión muy peligrosa.

En la huelga como en la protesta, el SNESUP-FSU se compromete de manera clara; el futuro lo necesita.

Jean Fabbri