Un ejemplo de valor

Obreros floristas duran más de un mes en huelga 

La huelga en Flores de la Sabana, un ejemplo para todos los asalariados 

Los cerca de 2000 operarios tomaron el control de las fincas y en sus marchas de denuncia recibieron el respaldo de los habitantes de los municipios y de los estudiantes de las universidades. En las plantaciones de flores la indignación se va convirtiendo en rebeldía

El pasado 13 de febrero, cerca de 2000 trabajadores de Flores la Sabana se declararon en huelga para exigir el pago de cinco quincenas atrasadas, de seguridad social, pensiones y subsidio familiar, entre otros. La empresa, que nació hace 37 años, posee siete fincas en las cuales cultiva flores de exportación: Sabana Central y Santa clara, ubicadas en la vía a Guaymaral, Pinos uno, 2 y 3, en la carretera que conduce a Sesquilé; el Rodán, en el municipio de Ventaquemada, y el Triángulo, en inmediaciones de Simijaca.

A lo largo de varios años, dicha compañía descontó de los salarios los aportes correspondientes a la seguridad social y pensiones, dineros que no consignó a las EPS ni a los fondos correspondientes, al punto que a algunos operarios les adeuda hasta siete años de cotizaciones. También incumplió con su deber de consignar las cesantías y, el año pasado, no canceló la última quincena de mayo ni la primera de junio. Durante lo corrido de 2007 no ha pagado ni un solo peso a sus trabajadores. A la vez que violaba de manera tan descarada sus deberes, sometía a los obreros a las peores humillaciones, obligándolos a trabajar hasta altas horas de la madrugada,-los ingenieros cerraban las puertas y no permitían la salida del personal, acción y los gerentes de las fincas les decían a quienes reclamaban sus salarios que si no querían trabajar podían irse. Flores de la Sabana, filial de Asocolflores, aprovechó el sistema de contratistas y las cooperativas de trabajo asociado para explotar despiadadamente a centenares y centenares de asalariados. Esta firma es una muestra del extremo al que han llegado los abusos en la industria florícola. Para cometer todos estos atropellos, la compañía contó con la complicidad de Sinflorcol y de Fetrabog, organizaciones sindicales patronalistas, acaudilladas por el veterano traidor Luis Ernesto Medina.
Ante las infamias de Flores de la Sabana y su sindicato de bolsillo, un grupo de trabajadores decidió fundar Sintrasabana y, bajo la dirección de Untraflores, comenzó a denunciar a la gerencia y a los esquiroles; fue así como el día 13 de febrero, de manera audaz, Sintrasabana y Untraflores llamaron a la huelga y recibieron el respaldo de la casi totalidad de los operarios de las haciendas Pinos uno, dos y tres, Sabana Central y Santa Clara.
El propósito de la gerencia y los correveidile de Sinflorcol consistía en hacer que la gente trabajara hasta el final de marzo de manera gratuita, ya que la producción de San Valentín había sido vendida anticipadamente y la empresa se veía enfrentada a un proceso de liquidación forzosa por su incumplimiento con otras acreencias. Pero Sintrasabana y Untraflores respaldaron la decisión, aprobada por abrumadora mayoría, de mantenerse en huelga mientras no se cancelaran al menos las quincenas atrasadas. El día miércoles 15, los obreros tomaron el control de las fincas y organizaron turnos de día y de noche para impedir que la gerencia tratara de retomar el control de las instalaciones, pues los operarios entienden que es necesario cuidar cada equipo para que, al liquidarse la firma, los activos existentes garanticen el pago de sus salarios y prestaciones sociales.

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En una asamblea.Foto de Notas Obreras

A lo largo del movimiento, los trabajadores han hecho gala de valor y decisión y no han tolerado más la arrogancia ni los engaños de los empresarios. A la vez que controlan las haciendas, grupos de obreros se han desplazado a los municipios circunvecinos a denunciar los atropellos de que son víctimas y a convocar la solidaridad de las gentes, quienes han aplaudido a los luchadores de Sintrasabana.

La situación laboral que se ha vivido en Flores de la Sabana no es distinta a la que afrontan los proletarios en las otras productoras de flores, ya que el robo de las prestaciones sociales, las humillaciones y el no pago de salarios son el pan de cada día, por lo tanto, el arrojo de estos obreros es un ejemplo que deben seguir los más de 90.000 que laboran en los plantíos de flores. Mientras se cometen semejantes injusticias, el ministerio de la Protección Social hace la vista gorda y pasan años y décadas sin que tome ninguna medida contra el despojo de que son víctimas las gentes laboriosas, pero se muestra muy diligente para entorpecer la formación de sindicatos independientes; hoy es cada día más claro que dicho ente gubernamental es cómplice de la despiadada explotación de la mano de obra y de que todo el llamado estado social de derecho no es otra cosa que la alcahueteria con los poderosos y la cruda opresión para los desposeídos.

Entre las explicaciones que se han dado a la quiebra de Flores la Sabana se señala la revaluación del peso frente al dólar. Aquí se desnuda todo el carácter nocivo de la política de globalización y el TLC, que se basan en envilecer los salarios e imponer enormes sacrificios a los proletarios y a la nación colombiana para atraer los capitales foráneos, porque según lo predica el gobierno, los acaudalados extranjeros crean empresas y empleos a montón.
Ahora resulta que el ingreso de dólares acaba con las empresas y dispara el desempleo y que los ingentes sacrificios de los obreros, cuya paga ya no alcanza para la subsistencia, han redundado en mayor parálisis industrial.
Es la irónica contradicción del imperialismo capitalista: el ingreso de riquezas nos trae miseria. El porvenir digno de los esforzados obreros y de Colombia no provendrá de la complacencia a los oligarcas internacionales, sino del batallar resuelto por la soberanía y el bienestar.

 

 

 

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