La pandemia ha robado el futuro a millones de mujeres latinoamericanas

Tomado: EURONEWS

María Edilma Aguilar era manicurista y ahora trabaja limpiando casas para sobrevivir – Derechos de autor AFPTV

La pandemia se ha cebado con millones de mujeres en Latinoamérica, las ha empobrecido, les ha robado el futuro. Le pasó a María Edilma Aguilar, colombiana de 35 años. Es madre soltera y hace ya muchos meses que perdió su trabajo en Bogotá como manicurista. Cuando se le acabaron los ahorros, María Edilma se tuvo que reinventar. Vendió sus muebles y se mudó a un pequeño cuarto de alquiler junto a sus dos hijos:

“Ahora trabajo como haciendo aseos en casas, labores de limpieza, me he tenido que reinventar por estas circunstancias o por esta cuestión de la pandemia que ya nos ha cambiado la vida a todos”, explica.

En Colombia, la pandemia disparó el desempleo femenino al 20,4% en 2020, casi ocho puntos más que el paro que afecta a los hombres.

En Chile, nació hace 60 primaveras Pía Ortiz. Eran otros tiempos y los prejuicios la condenaron a vivir entre costuras:

“No fui a la universidad porque era mujer, porque me iba a casar para toda la vida. Si sabía coser y bordar era suficiente. Yo quería estudiar Arte, pero no me dejaron. Sin embargo, mis hermanos sí (fueron a la Universidad)”.

Acostumbrada a vender sus artículos en ferias y mercadillos, la pandemia la obligó a buscar clientes en las redes sociales. No fue fácil, pero consiguió algunas ventas.

Ahora que se han vuelto a autorizar las ferias, Pía Ortiz no se atreve a volver a las calles para no poner en riesgo a su madre octogenaria, a la que cuida desde hace una década. Aquella misma sociedad que le impidió estudiar le inculcó ideas que pesan como una losa sobre su vida:

“En esta pandemia nos juega en contra la crianza (…) el sacrificarte por los demás, el olvidarte de ti misma, y eso una lo trae insertado como mujer”, añade.

Belinda García probó las mieles del éxito como empresaria en el estado de Guerrero, en México. Diseñadora gráfica, durante 20 años luchó para sacar adelante un taller en el que hace apenas un año tenía quince empleados. Solo pudo conservar dos. La pandemia barrió con todo. Ahora reconoce que le estresa la situación: ¿Qué voy a hacer si esto se alarga más?.

Belinda, Pía y María Edilma han puesto rostro a un drama de género tan antiguo como la humanidad que se ha acentuado por culpa de la pandemia. Según la Comisión Económica para América Latina, las mujeres de la región han sufrido un retroceso de más de una década en el nivel de ocupación y en las condiciones laborales.

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