La afrocolombianidad no se celebra, se conmemora…

Tomado: Universidad Nacional de Colombia

“La conmemoración de la afrocolombianidad como símbolo de transformación a favor de nuestros pueblos es una intención fallida”.

“Un afrodescendiente sale de su lugar y carga el estigma del territorio, esas opresiones que se le infringen al territorio donde nacio”Rafael Palacios. Fotos: Archivo Sede Tumaco

Así lo señaló el bailarín y coreógrafo Rafael Palacios Callejas, director de la organización Sankofa, durante el conversatorio “Reflexiones sobre la crisis en Colombia y la reacción del Pacífico en el mes de la afrocolombianidad”, organizado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Tumaco.

Para el artista Freddy Riascos Ramírez, líder social y defensor de derechos humanos, “esa conmemoración es un llamado de atención para que los afrodescendientes continúen con su lucha porque en el territorio puedan entenderse, reconocerse y batallar por lo que les es propio. La conmemoración de la afrocolombianidad no nos ha generado ningún progreso en empoderamiento del rescate cultural”, afirma.

Según los panelistas, en Colombia sus expresiones artísticas se usan como única representación de su cultura, dejando de lado su cosmovisión que les brinda una concepción y apropiación diferente del mundo.

Al respecto, el maestro Palacios señala que “en este país se siguen desvirtuando profundamente las manifestaciones artísticas que nosotros hacemos, se vacían del sentido político, comunitario, espiritual y muchas veces se dibujan de una manera erótica y exótica”.

El artista Riascos considera que “debemos usar el arte para demostrar que no solo es danza y canto: somos un conjunto de ciertos elementos que nos dan identidad cultural, y por eso nuestra cosmovisión nos plantea un modelo totalmente distinto de política, de economía, de concepto de sociedad, de familia”.

Y aunque no estén de acuerdo con el trato y la forma en que se asumen sus representaciones artísticas, están seguros de que eso es parte de lo que son y deben usarlo para validar sus luchas, que los artistas no deben desaparecer de la conmemoración, deben estar presentes, pero con mayor fuerza.

“Con un arte que es político, capaz de exigir transformación social, capaz de compartir las epistemologías afro, que en el caso de la danza construimos a través del cuerpo injustamente racializado que baila para irrumpir en una sociedad que tiene estereotipos arraigados sobre nosotros, y que a través de ellas crea estructuras de racismo que nos oprimen”, comenta el director de Sankofa.

La fundación artística Sankofa, con sede en Medellín, trabaja con afrodescendientes que vienen de otras regiones y que, en su mayoría, han decidido enfrentar la ciudad y sus estructuras sociales desde los saberes comunitarios, artísticos, espirituales y políticos que han preservado desde el lugar en que nacieron. Son prácticas artísticas que tiene que ver con el imaginario, la filosofía, los conocimientos y saberes de las comunidades negras en Colombia.

“Con esto se deja claro que el arte de origen afrodescendiente es un arte capaz de romper barreras, de construir otras formas de vernos en el mundo, y sobre todo aportar para acabar con esa desigualdad social que nos acorrala en los territorios”, subraya el directivo.

Falta unión

Los artistas Riascos y Palacios consideran que “el momento actual que vive el país con el paro nacional ha servido para mostrar unos puntos transversales que como sociedad civil nos recogen, nos identifican, pero falta unión para que este movimiento pueda llegar a consolidar un cambio profundo y estructural”.

“Es un inicio, pero cada comunidad y cada región está abordando estos procesos de resistencia y de posterior negociación desde sus enfoques, una muestra de la fragmentación que tiene este proyecto de nación, una sociedad que no quiere reconocer que aún se ve con diferencias”, señala el líder social Riascos.

Para el maestro Palacios, “hay una deuda histórica con las comunidades afro en lo que a estas luchas se refiere. Por siglos hemos estado en esta lucha, y hemos estado solos; no se nos ha reconocido que la lucha que hemos dado finalmente no es solo por nuestros derechos, sino por un país en general”.

Los artistas creen que el momento que vive el país es un salto que se da como sociedad civil, un proceso de desobediencia necesario que podría lograr transformaciones sustanciales en la forma de llevar las políticas públicas si se consolida para ellos, aunque por el momento este salto no ha generado ninguna transformación. Recalcan además que “falta un camino muy largo antes de que en Colombia se pueda salir a luchar juntos como colombianos, más que como grupos, etnias o minorías, por el bien de todos”.

El evento contó con la participación de la profesora Amanda Lucía Mora Martínez, directora de la UNAL Sede Tumaco, y el maestro Harold Tenorio, coordinador del área de Cultura de Bienestar Sede Tumaco, director de la agrupación musical Plú con Plá y quien moderó el conversatorio.

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