

En nuestra primera edición tratamos de esbozar de una manera muy sencilla la grandiosa obra del maestro Leonardo da Vinci y en cada una de nuestras ediciones profundizaremos la versatilidad de temas que Da Vinci trabajó,
tratando de esta manera de estudiar a uno de los clásicos más importantes que ha tenido la historia y haciendo un llamado a recuperar la esencia del conocimiento científico, siendo esta la única manera de seguir tejiendo el camino interminable de la evolución histórica.
Dado que los hombres son producto de una etapa histórica y hacen parte de una conciencia social, Da Vinci no podía ser ajeno a esto. Por aquellas épocas ya se podía ver la decadencia de la escolástica y se venía una de las transformaciones más importantes de la humanidad, como lo fue el Renacimiento. Da Vinci, con sus innumerables obras, logró presagiar esto con el Hombre de Vitruvio, que representa al hombre como centro del universo mediante un cuadrado y un círculo. El cuadrado que encierra al hombre representa lo feudal e indica cómo como este, influido por el oscurantismo que produjo la Iglesia, carece de respuestas a los interrogantes de la humanidad. El círculo representa al hombre fuera de los esquemas establecidos, con lo que se convierte en el centro del universo y en el transformador de su mundo, dando a luz a la nueva teoría antropocéntrica.
El Hombre de Vitruvio es uno de los pasos más importantes de la arquitectura clásica, puesto que allí Da Vinci juega con la geometría y los ángulos de 90 grados, que terminaron por influir en las obras arquitectónicas renacentistas. Fue también un avance personal en la consecución del sfumato, la más grande de sus victorias pictóricas. La precisión y el detalle hacen inconfundibles la popularmente estrella de Belén. Estos estudios se consideran preparatorios para el lienzo de la “Virgen de las Rocas”. Se puede ver en sus dibujos cómo Da Vinci empieza a descubrir las medidas del cuerpo de manera más diametral y más certera, apoyando sus teorías en las prácticas que había tenido con la disección de cadáveres y enunciando de esta manera medidas más precisas de los huesos, los músculos y las proporciones del rostro humano.

Da Vinci ha sido de los pocos hombres que han logrado ubicar en el mismo nivel a la ciencia y el arte. Puesto que él afirmaba que las verdaderas ciencias partían de la experiencia y se llegaba a sus conclusiones por medio de los principios, solo se puede hallar en la matemática, la física, la geometría, principios que Da Vinci aplica de manera minuciosa a la pintura, logrando elaborar cuadros con una perspectiva impresionante mediante el uso de la sombra y haciendo que la luz penetre tanto en sus cuadros, que logra hacer degradaciones perfectas. Estas se pueden ver plasmadas en el cuadro “La dama del armiño”. Dicha relación mímico-lumínica es la que sugiere Da Vinci al crear una perspectiva atmosférica que da pie a ciertas modificaciones del color logrando la nitidez de las formas en la visión a larga distancia.
Este manejo de la luz logró una nueva técnica dentro de la pintura conocida como el sfumato, que no es más que el buen uso de las proporciones del cuerpo y cómo este muestra una postura o emoción mediante el uso de la luz. También la luz les da una mayor sensibilidad a sus cuadros y dibujos sobre paisajes, como se puede apreciar en “San Jerónimo”.
En la época de los griegos, los fondos no jugaban un papel muy importante, ya que lo importante era la figura humana dentro de las estrictas medidas matemáticas. Da Vinci pasa a convertirse en un contradictor de esta tesis. Él siempre aseguró que los fondos eran muy importantes dentro de la relación mímico-lumínica del cuadro. Aunque Da Vinci utilizó muchas medidas griegas, él le dio una nueva dimensión a la postura humana.
Una vez más se demuestra que mediante el estudio a conciencia de uno o varios temas, el hombre puede entender y transformar la historia, en sus bases sociales, políticas y culturales. Esto es algo que logró comprender Da Vinci mediante el estudio profundo de la ciencia y el arte, revolucionando este ultimo con nuevos conceptos y técnicas.
Incluyó la experiencia como el camino más seguro hacia la verdad, y desde muy joven comenzó sus estudios en el taller florentino de Andrea de Verocchio, más exactamente a la edad de quince años. A los veinte se inscribe en la Corporación San Lucas, en la que realiza su primer dibujo, “El Uffizi”, y desde allí desglosa toda su magnífica obra, que la historia tal vez no conozca aún en su totalidad.
Por la vida de Da Vinci pasaron grandes personas que lo influyeron y formaron, como Verrochio y Boticelli, quien fue gran amigo suyo. En la medida en que avancen nuestras ediciones, indagaremos sobre la gran obra de este hombre universal y sobre las personas que rodearon su interesante vida, rescatando a un gran pensador que tomó conciencia de su papel histórico y aportó en gran medida a la transformación de la sociedad.

Si algo pretende el periódico Leonardo da Vinci es llevar un mensaje de reflexión y estudio a todas aquellas personas que hacen parte del sector educativo y de la clase obrera, para que de esta manera logremos entender el nuevo orden mundial y sus manifestaciones en la educación, sometida a una reforma fascistoide que llevará a un retroceso histórico de dimensiones inimaginables.
Leonardo da Vinci no ha muerto y el conocimiento científico aún persiste, batiéndose contra el actual alud de supercherías y post-modernismos. Y como tal, queremos que este espacio sea de reflexión y aclaración, en el cual la clase obrera, el magisterio y la juventud logren dar un gran debate que ponga en evidencia que el Estado en Colombia está supeditado a las órdenes del gobierno de Estados Unidos, amo del nuevo Orden Económico Mundial, tan oscurantista como el de la Edad Media.
Pero cuando la noche está en su punto mas oscuro ya se vislumbra un nuevo amanecer y un Nuevo Renacimiento.
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.