La enseñanza de las artes, una farsa en la pública

Los maestros de artes estamos seguros de que cultivar en niños y en jóvenes, disciplinas tan exquisitas como la danza, el teatro, la música y la pintura entre otras, es forjar en ellos seres abiertos a la vida, a la solidaridad, a la sana convivencia, en fin a la alegría de producir alegría, edificándose como un ser especial, mas humano, mas digno.

images 32Sin embargo este propósito se ve amenazado por el ambiente que rodea nuestro que hacer, ya que pocos nos miran desde esa perspectiva, pues  solo advierten el resultado inmediato, olvidando los requerimientos mínimos para conllevar  este proceso, mas allá del aula de clase. Por que me atrevo a afirmar que el medio que nos rodea  (directivos, compañeros, padres de familia y el mismo Ministro de Educación) desconocen el verdadero sentido de nuestra actividad artística) Porque pese a que somos mirados como el “área chévere”, los que ponemos el toque de alegría y color a cualquier celebración, no contamos con el apoyo que requiere el desarrollo de estas disciplinas, es mas por el contrario se le margina, con una baja intensidad horaria (en mi caso una hora cada 8 días en 24 grupos de 42 niños cada uno), falta de material y aulas especializadas y ahora el tener que asumir carga académica ajena a nuestra especialización como consecuencia de la aplicación de un parámetro ordenado por el Secretario de Educación Distrital, que ha reducido considerablemente el nùmero de docentes en las instituciones, especialmente en el área de artes,  la cual es considerada de poca importancia por parte del gobierno y las mismas directivas que acatan casi con satisfacción estas directrices. 

Desde luego que todo este atropello no detiene el interés y el esfuerzo que tanto docentes como estudiantes le ponemos a nuestras actividades. Así se ha demostrado año tras año en el festival de las Culturas que se realiza en la zona cuarta (San Cristóbal sur) como también los mas de 600 muestran presentadas en el reciente IX Foro Distrital Pedagógico,  el cual apunta (no se bajo que criterios pedagógicos) a que “la educación artística se consolide como un tema fundamental en la escuela para la formación del individuo”. Nada mas digno y sano para nuestros niños y jóvenes que: “la pedagogía de los sentidos y la sensibilidad creadora” se conviertan en una realidad hacia” a libre expresión, la materialización del pensamiento y la opción de sentir y hacer sentir “(Lema del foro Pedagógico Distrital de artes).

Mi interrogante es ¿puede un docente orientar un verdadero proceso de formación artística en estas condiciones?

* Ursula Canchila M.Profesora de artes del Distrito capital

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