La NASA halla agua y carbono en el asteroide Bennu que podría tener que ver con el origen de la vida

Tomado: Euronews

Por Euronews en español

La NASA anunció el hallazgo de moléculas de agua y alto contenido de carbono en una muestra de material traída desde el asteroide Bennu, de 4.500 millones de años de edad.

La NASA ha encontrado agua y alto contenido en carbono en una muestra de material traído desde el asteroide Bennu. Algunos científicos creen que asteroides como Bennu pueden haber traído a la Tierra los compuestos que más tarde permitieron el nacimiento de la vida. La muestra, de unos 250 gramos, es la más grande de un asteroide rico en carbono jamás traída a la Tierra.

Esta misión, llamada Osiris-Rex, recogió los materiales en 2020, regresó con éxito hace poco más de dos semanas y los científicos han estado examinando cuidadadosamente los fragmentos desde entonces.

Bennu fue elegido por su riqueza en moléculas orgánicas y su órbita conocida

Se cree que Bennu se formó a partir de fragmentos de un asteroide más grande tras una colisión y tiene un tamaño de medio kilómetro. La NASA conservará al menos el 70% de la muestra para que sirva en investigaciones futuras.

Vanessa Wyche, directora del Centro Johnson, explicó que los científicos e ingenieros “han trabajado por años en el desarrollo de guantes y herramientas especializadas para mantener prístino el material del asteroide”.

En la labor, los científicos han tomado imágenes por escaneo con un microscopio de electrones, como también mediciones con luz infrarroja, difracción con rayos X, y han hecho análisis de los elementos químicos.

También se usó una tomografía por rayos X computadorizada en la producción de un modelo tridimensional de una de las partículas que resalta su interior diverso.

Los científicos eligieron Bennu porque es relativamente rico en moléculas orgánicas y, además, tiene una órbita conocida, lo que facilitó que la nave nodriza Osiris-Rex pudiera acercarse para tomar muestras.

Descubierto en 1999, se cree que Bennu se formó a partir de fragmentos de un asteroide mucho más grande tras una colisión. Mide medio kilómetro de ancho y su superficie negra y rugosa está llena de rocas grandes.

La misión Osiris-Rex, con un costo de 1.200 millones de dólares, incluyó el lanzamiento de una sonda espacial en septiembre de 2016 y el vehículo empezó a orbitar Bennu en diciembre de 2018.

En octubre de 2020 Osiris-Rex se posó en Bennu y su herramienta perforó la superficie del asteroide y recogió las muestras que la sonda trajo a la Tierra.

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