Con Abel Rodríguez” !!La revolución educativa” avanza a toda marcha!! 2° parte

IV. Competencias básicas, promoción automática, programas como escuela Nueva, teorías de la post-modernidad o fomento de la ignorancia

La política de las Competencias Básicas, fue lanzada por el mismo Banco Mundial en 1990 en Tailandia en su Declaración Mundial sobre Educación para todos. Se propone dejar una educación a nivel  de simple alfabetización: leer y escribir, sumar y restar y sobredosis en valores de la resignación. Éste es el nuevo objetivo en relación a calidad de la educación que deben ofrecer todas las instituciones de la enseñanza. Por las Competencias Básicas implementas por Cecilia Vélez, sacaron de las escuelas a los profesores de artes, sistemas y educación física, aumentaron la hora de clase de 45 a 60 minutos e impusieron las fusiones. Está política, se impone a través de los exámenes Icfes y las evoluciones por logros o competencias.

Son los mismos propósitos del señor Abel Rodríguez. “Será preocupación central de la institución escolar: la enseñanza de la lectura, la escritura y las temáticas… el desarrollo del pensamiento crítico, formación en valores… (11)

Los programas Bandera de la Revolución Educativa de Cecilia Vélez para desplazados, como Escuela Nueva se acogen también para Bogotá, son de pésima calidad, no sólo porque se reduce el tiempo de estudio, primaria en un año, bachillerato en 2 ó 3. Lo que instauran es la oferta de títulos a “analfabetas funcionales” como dijera el maestro Betelheim. Que la educación ha ido de mal en peor, eso no lo niega nadie, pero con todos estos programas se va a empeorar mucho más. Se necesita un maestro que facilite la instrucción, en vez dictarla. Para lo que no se requieren tantos profesores, con uno o dos y las guías, más que suficiente.

Es por dejar la educación a una simple alfabetización que los “teóricos” posmodernos hablan del “auto-aprendizaje” que el conocimiento hay que construirlo en el salón de clase, teniendo en cuenta el contexto, que hay que integrar las áreas, que el conocimiento sea trasversal, que las inteligencias son múltiples y por lo tanto no se debe homogenizar y se debe atender la individualidad de cada niño en cada salón, no importa que el salón tenga 40 ó 50 niños. Además de todo esto, hay que seguir con la promoción automática que dizque para evitar la repitencia, factor importante del desmedro de la calidad de educación y fomento a la vagancia: hay colegios en Bogotá que han obligado a los maestros a pasar al siguiente año, niños o muchachos hasta con 8 ó 9 asignaturas perdidas.

Estas ideas tampoco son originales de la actual administración, que se suma a la campaña de competencias básicas o promoción de la ignorancia y formación en valores de la justicia, la solidaridad, el respeto al otro, los derechos humanos… la convivencia pacífica y la solución negociada de los conflictos.” (13)Entre más se promueven de palabra estas frases falaces, en la práctica las voraces multinacionales y sus secuaces arrasan con los más mínimos derechos de la población.

El concepto de calidad de la educación en estas condiciones no deja de ser más que una burla. Es lamentablemente que la mayoría de maestros crean todas estas sartas de mentiras y absurdos, inventadas por los teóricos de la globalización como Morín, con los propósitos de negar el conocimiento, la ciencia, el arte, la posibilidad de hacer un PEI nacional que le sirva a los intereses del desarrollo nacional de manera autónoma.  Nosotros en la educación debemos ofrecer los conocimientos más avanzados y universales que han construido la humanidad a lo largo de su existencia y darle a la educación el papel que históricamente he desarrollado: transmitir el conocimiento.

No se nos olvide, que eran los colegios públicos como la Merced, el Caldas, el Camilo Torres, el Nicolás Esguerra, el Restrepo Millán, los de mejor calidad y sus jóvenes bachilleres tenían una formación académica de tan alta condición, que llegaron a ser altos representantes en la economía, la política y la cultura, incluso a nivel internacional. Esta reforma educativa que lleva más de 15 años ha degradado y degradara considerablemente las posibilidades de ofrecer una buena educación. ¿Acaso esta administración plantea eliminar tan nefastas políticas?

V. Pérdida de las conquistas laborales y época del “gran cambio”

Es de perogrullo de los maestros colombianos han tenido que vivir en carne propia la pérdida de las principales conquistas laborales conseguidas en más de 15 años de lucha y 139 paros hasta de 3 meses, sin salario, con destituidos y con la firme decisión de que la lucha es la única alternativa de los pueblos a conseguir sus conquistas.

Desde que se aprobó el acto legislativo 01 y su ley reglamentaria la 715, las cosas no pueden ser peor: pérdida de la estabilidad, la más importante conquista de los maestros. Con la promoción automática o decreto 230, el oficio de maestros es apenas una farsa.

En la mayoría de escuelas y colegios se perdió hasta el derecho a la libertad de expresión, se ha eliminado el derecho a la huelga, el que participe tiene como mínima sanción los descuentos. Los aparatos “democráticos” como los consejos Académicos y Directivos, se volvieron aparatos manipulados por la SED  o por los rectores más serviles al gobierno. Esta es la época de los maestros enfermos.

Muchos hacen fuerza para cumplir la edad y retirarse. Las consultas de psiquiatría han aumentado considerablemente. Hasta el presupuesto de las instituciones educativas es manejado desde arriba. Es la misma Secretaria  la que define los contratos de asesorías con los traficantes  de la educación y por más protestas de estudiantes o profesores, los muros se tumban o se tumban. Ellos mismos deciden si es Meranni o la Universidad de los Andes, los que “capacitan” para hacer una simple guía, cursos de pésima calidad que pueden costar un poco de millones a la institución.

A estas épocas del año, todavía no se habla del aumento salarial. Los ascensos siguen congelados, más grave pondrá la situación si el gobierno aprueba el nuevo recorte de 5 billones de pesos para la educación pública. Y más grave si se impone la pretensión de Uribe de eliminar los regímenes especiales como el docente. Implicaría aumentar la edad para pensión reducir la liquidación y pasarnos al servicio médico por la ley 100.

Este Secretario, no hace otra cosa que elogiar y alabar a los maestros, pero, ¿Dónde está el cambio? ¿Cuáles son las reformas a favor de los maestros? Poner trabajos para reemplazar la Semana Santa, propuesta ingeniosa de los sumisos de ADE, en vez de llamar a mantener este descanso que siempre hemos tenido y lo mismo ocurrió con la tercera semana de mitad de año. Pero si a nosotros nos quitaron cinco semanas de vacaciones y además, ahora también la Semana Santa, ¿por qué tenemos que estar agradecidos, si lo que se ha hecho con nosotros es arrebatar nuestras conquistas? Si el maestro vale tanto, entonces ¿por qué se le está llamando a superar las trabas jurídicas?

¿No será más bien que el interés es a toda costa negar nuestros derechos contemplados en un Estatuto Docente que todavía existe y que hay la pretensión en esta “administración del cambio” es de pisotearlo? Si es tan importante el docente, por qué la administración está presionando a los profesores de la Montessori a aumentar su jornada laboral y anuncia el retiro de los orientadores de escuelas y colegios, a sabiendas que estas propuestas niegan los derechos adquiridos.

Los trabajadores de servicios generales son contratados por empresas como Casa Limpia o Vise, que pagan salarios de hambre, los obligan a comprar sus uniformes, les niegan las cesantías y como sus contratos son temporales, no hay posibilidad de hablar de pensión.

En el mismo documento del Banco Mundial se dice: En reconocimiento de que en varios países las asociaciones magisteriales desempeñan un papel principal en la reforma educativa, ya sea facilitando o impidiendo el proceso de cambio, se buscará la manera de trabajar con estas asociaciones magisteriales en un dialogo en el que participen… para animar a las asociaciones a que sean más receptivas a ideas nuevas y a las necesidades de sus propios miembros.” (14)

Han sido los dirigentes sindicales de Bogotá en el magisterio los que más han hablado de que esta es la época del cambio,  que tenemos que aprovechar estas condiciones, que debemos tener un espíritu de colaboración, que  hay que desarrollar una nueva táctica. Estos personajes criticaron a los rectores y sus jefes diciendo que la contradicción de los maestros era contra ellos, pero se les acabó su discurso cuando la administración de Abel Rodríguez les entregara rectorías y coordinaciones, como al esposo de la señora Estella Olaya, ahora gerente del Cadel de la zona 16, Laureano García, Jefe de Cadeles, Juvenal Nieves y otros amigos o familiares de los dirigentes de ADE.

Hoy la competencia de nuestros dirigentes sindicales no es por ver quien le sirve más a la educación pública o a sus maestros, la lucha hoy es por ver quien tiene más cargos en la administración, por ver quien se arrodilla más.

El que fuera director de la Expedición Pedagógica financiada por la Fundación Ford, Viceministro de Educación de Samper y hoy Secretario de Educación en Bogotá, implementa al pie de la letra las políticas educativas trazadas por los organismos multinacionales con la colaboración de estos sindicalistas de hoy, que prefieren beneficios particulares en vez de la lucha de los intereses generales como en otra época. En trueque por su silencio, de colaborar con la confusión, de enredar a los maestros con el cuento del cambio.

Los grandes mayorías, que no tenemos padrino tendremos que seguir sufriendo los garrotes de una política que está en contra nuestra. Ya habrá tiempo para correr el velo y ver la realidad tal cual, entonces las bases, como dijera el camarada Mao TséTung, superarán a estos dirigentes, limpiaran su casa y emprenderán junto con el resto de la comunidad educativa, la más vigorosa de las luchas por echar abajo la 715 y todos sus reglamentos. FECODE se hizo grande con unos dirigentes probados en toda clase de lucha, respetados y acatados por las bases, dirigentes que no se entregaban por unas dadivas, convencidos de que al enemigo de clase, no se podía tratar de manera diferente que con lucha abierta y franca.