Con recursos digitales y casos médicos reales, se reduce la deserción en la asignatura de química y revoluciona su enseñanza

Tomado: Universidad Nacional de Colombia

La química, una asignatura fundamental para la medicina, suele ser un dolor de cabeza para muchos estudiantes de esta carrera. Sin embargo, una nueva metodología desarrollada por profesores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) está cambiando las cosas. La propuesta, que combina clases magistrales con casos médicos reales, recursos digitales y evaluaciones diversificadas, ha logrado reducir la deserción en la asignatura de química del 15,5 al 3,48 %, y aumentar la nota promedio de 3,61 a 3,95.

Átomos, moléculas, enlaces químicos, reacciones y fórmulas químicas conforman un universo de conceptos que convergen en la química, una ciencia fundamental no solo para las carreras de Ingeniería y Biología, sino también de Medicina, pues gracias a ella se pueden entender muchos procesos biológicos que ocurren en el cuerpo humano como la estructura y función de las biomoléculas, los mecanismos de acción de los medicamentos y la bioquímica de enfermedades y trastornos, entre otros.

Sin embargo, la realidad es que esta asignatura, aunque indispensable, es de las que más dificultades representa para los estudiantes, debido a su complejidad y a la falta de conexión con la práctica médica.

“Los estudiantes de primeros semestres tienen altos porcentajes de pérdida en la asignatura, muchas de las cuales se dan porque no tienen bases sólidas desde el colegio, y también por la falta de preparación pedagógica de los docentes y el poco uso de recursos didácticos especializados para la enseñanza de la química”, señala la profesora Soraya Elena Layton Jaramillo, química y magíster en Educación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Después de identificar estos factores mediante un estudio previo, ella y el profesor William Aníbal Villamil Villar, de la Facultad de Medicina de la UNAL, desarrollaron esta investigación que identificó múltiples factores que contribuyen a las dificultades de los estudiantes en química, incluida la disparidad en la preparación previa, la falta de recursos didácticos especializados y la desconexión entre la teoría y la práctica.

“El objetivo primordial fue mejorar los resultados académicos y promover un aprendizaje más significativo. Por ello trabajamos en una metodología integral que busca vincular los conceptos químicos con casos prácticos relevantes para la medicina. Así procuramos que el contenido resulte más interesante y asequible para los futuros médicos”, añade el profesor Villamil.

La propuesta pedagógica se fundamenta en una serie de estrategias, entre ellas el empleo de la plataforma virtual Moodle para brindar recursos y actividades interactivas, clases en modalidad de co-docencia para ofrecer perspectivas complementarias, y evaluaciones diversificadas que enfatizan en el aprendizaje autónomo y en la aplicación práctica de los conocimientos.

“Nosotros no solo subimos los contenidos a la plataforma, sino que también creamos dinámicas que les permiten a los alumnos aprender a su propio ritmo. Así podemos saber cuánto tiempo emplearon estudiando o realizando el cuestionario, entre otros parámetros”, explica la profesora Layton.

Resultados de su aplicación

Los investigadores implementaron esta estrategia en el curso de Química Básica para Ciencias de la Salud (QBCS) de la UNAL, diseñando cada tema con un contexto clínico específico. Por ejemplo, para abordar los aminoácidos y las proteínas se proporcionaron recursos de investigación sobre las aplicaciones biomédicas del colágeno antes de la clase, con las que los estudiantes pudieron establecer correlaciones entre estos conocimientos y procesos como la digestión de proteínas y la absorción de aminoácidos.

“La premisa era que cada concepto químico presentado estuviera directamente relacionado con casos médicos reales, lo que les facilita a los estudiantes comprender su utilidad en la práctica profesional”, destaca el profesor Villamil.

Por eso en las clases magistrales participaban dos profesores: un médico y una química, quienes como expertos profundizaban en las aplicaciones clínicas desde sus respectivas áreas de conocimiento, utilizando un lenguaje sencillo para explicar los conceptos simbólicos.

“También se incorporaron recursos digitales como presentaciones en línea, videos educativos, simulaciones y laboratorios virtuales para mejorar la comprensión de los conceptos químicos”, agrega la docente Layton.

El estudio analizó la percepción del curso por parte de 592 estudiantes, quienes respondieron voluntariamente y de manera anónima a una evaluación integral docente institucional, según explican los expertos.

Después de establecer mecanismos de evaluación continua que permitieron monitorear el progreso de los estudiantes y proporcionar retroalimentación oportuna, se observó una notable reducción en el porcentaje de deserción en la asignatura de química para estudiantes de medicina, pasando del 15,5 al 3,48%. Además, la nota promedio experimentó un incremento significativo, aumentando de 3,61 a 3,95.

“Este enfoque no solo mejoró los resultados académicos, sino que también generó mayor interés y participación de los estudiantes, quienes ahora perciben la química como una herramienta relevante y aplicable en su futura práctica médica”, aseguran los autores del estudio.

Gonzalo Alejandro Moreno Soler, egresado de la Facultad de Medicina de la UNAL y actual residente de Otorrinolaringología, describe su experiencia afirmando que “la metodología pedagógica incorporaba diversas alternativas de aprendizaje, incluyendo tutorías y plataformas digitales como Moodle”.

“Como residente puedo ver cómo los conocimientos adquiridos en ese curso me han ayudado a entender mejor los fundamentos químicos detrás de muchos aspectos médicos que aplicamos actualmente”.

Así, la oportunidad de colaboración entre profesores y el aprovechamiento de la tecnología educativa han sido fundamentales para el éxito de esta iniciativa, que ahora se presenta como un modelo replicable en otras instituciones educativas y también para otras asignaturas.

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