España restringe el uso del móvil en las escuelas

Tomado: Euronews

España está tomando medidas firmes contra el uso del teléfono móvil en las escuelas, introduciendo prohibiciones o regulando en gran medida los dispositivos que, según muchos profesores y padres, no son necesarios.

En toda España, los grupos de WhatsApp han sido un hervidero de padres debatiendo sobre uno de los temas más controvertidos del país: no se trata de la polémica política nacional española, sino de si los colegios deberían prohibir los teléfonos móviles.

Uno de los grupos de chat más grandes se inició en Barcelona, y rápidamente consiguió más de mil miembros, y planteó la cuestión de si los teléfonos móviles deberían permitirse o no en los centros educativos.

Elisabet García Permanyer, miembro fundador del grupo y madre de tres hijos en edad escolar, declaró a los medios de comunicación locales que no quería ceder a la presión social de que, una vez que un alumno entra en secundaria, se le debe permitir tener su propio teléfono móvil.

El chat de grupo, en el que ya participan unos 10.000 padres de distintos barrios de la ciudad, sirve para compartir información y resolver dudas sobre el uso del móvil.

También ha servido para poner en marcha iniciativas: la primera, un documento que los padres pueden firmar comprometiéndose a no comprar un móvil a sus hijos hasta los 16 años.

Según el último informe de la UNESCO sobre el seguimiento de la educación en el mundo, uno de cada cuatro países ha aprobado leyes que prohíben el uso del móvil en las aulas. Sin duda es un tema candente en Europa en estos momentos, pero no fácil de consensuar.

Dentro de España, las distintas comunidades autónomas tienen planteamientos diferentes. Algunas optan por una prohibición legal total de los móviles en los centros educativos, mientras que otras tienen un planteamiento más laxo.

Prohibición total: La única opción

El enfoque más indulgente no parece funcionar demasiado bien.

Este año, muchas escuelas españolas han establecido normas más estrictas en lo que se refiere a los teléfonos durante las horas de clase y la semana pasada, los funcionarios de educación de Cataluña dijeron que el 53% de las escuelas de la región se están moviendo para introducir normas más estrictas.

Otras regiones españolas que han decidido prohibir parcialmente los teléfonos inteligentes son Castilla-La Mancha, Galicia y la Comunidad de Madrid.

Tomeu Bauzá Gayá, un alumno de 16 años de un instituto de Palma de Mallorca, afirma que este año los alumnos no pueden llevar sus dispositivos al colegio y que, si lo hacen, deben dejarlos en una caja hasta el final de la jornada.

Según explicó a Euronews, es el primer año que se aplican estas normas. Las principales justificaciones son impedir que los alumnos se hagan fotos entre ellos o a los profesores; evitar que los teléfonos suenen, piten o zumben durante las clases; e impedir que los estudiantes utilicen sus smartphones para hacer trampas durante los exámenes.

“Los alumnos simplemente no seguían las normas”, dice Tomeu, que añade que “es una pena, ya que algunos profesores dependían de los dispositivos móviles durante sus clases”.

La escuela de Tomeu tiene una selección de ordenadores que se pueden reservar y prestar a los profesores durante las horas de clase, pero simplemente no son suficientes para satisfacer las demandas digitales de la sociedad actual.

No respetar las normas cuando se dispone de cierta autonomía ha llevado a gobiernos y consejos escolares locales a establecer medidas extremas.

No parece haber un consenso científico claro sobre los efectos que el uso del móvil puede tener en los adolescentes, pero hay pruebas de que está haciendo bajar las notas.

Los móviles no son necesarios en clase

Toni Socies, que lleva cinco años dando clases de latín en institutos de toda Barcelona, asegura que “los móviles no son necesarios en clase”.

En su instituto, éste es también el primer año en que los móviles están completamente prohibidos, lo que, según él, ha hecho que sus clases sean “maravillosas”.

El propio Toni admite que se abstiene de utilizar la tecnología, en parte porque enseña una materia tan clásica que se puede aprender con “un bolígrafo, un papel y un diccionario” y en parte porque teme que los alumnos “pierdan competencias básicas”, como la lectura y la escritura.

Aunque aprovecha que en su centro, y en la región de Cataluña en general, el Departamento de Educación se asegura de que cada alumno tenga su propio ordenador portátil, y les deja utilizarlo para investigar durante su asignatura de cultura clásica.

Los portátiles también empezaron a distraer a los alumnos, pero ahora se guardan en un armario cuando no se consideran necesarios. Cuando se le pregunta por los colegios que no pueden permitirse proporcionar un portátil a cada alumno, responde que “o todos los alumnos deben tener uno o ninguno”, ya que cree que “no son necesarios para el aprendizaje en muchas asignaturas”.

Menos tecnología, más igualdad

La opinión del profesor de Latín parece coincidir con la conclusión del informe de la UNESCO, que reclama que los recursos destinados a tecnología se gasten en aulas, profesores y libros de texto para todos los niños de los países de renta baja y media-baja que carecen de acceso a estos recursos, para que ellos también puedan alcanzar la escolarización secundaria universal y unas competencias mínimas de aprendizaje.

Por si fuera poco, la agencia advierte de que los beneficios de la tecnología en la educación no se distribuyen de forma equitativa, ya que a los niños desfavorecidos se les suele negar la oportunidad de aprovecharla.

No sólo España está tomando medidas contra el uso del móvil. Otros países europeos han hecho lo mismo. Francia, Italia, Portugal, Finlandia y los Países Bajos han introducido prohibiciones similares o tienen previsto hacerlo en el futuro.

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