Mozart, sinónimo de libertad

El mundo entero celebra este año los 250 años del nacimiento de Mozart. Conciertos, conferencias, congresos y una serie de eventos diversos rinden homenaje al genio artístico más grande de la cultura occidental.

Wolfgang Amadeus Mozart nació el 27 de Enero de 1756 en Salzburgo (Austria). Dotado de un talento excepcional, desde temprana edad ejecutaba con gran destreza el piano y el violín. Creció bajo la supervisión de su padre Leopold quien era violinista, hombre de gran cultura y quien se encargó de formar a su hijo tratando al mismo tiempo de aprovechar al máximo las aptitudes musicales del pequeño Wolffy.

Es así como durante los primeros años de su vida, Mozart realizó unas intensas giras de conciertos por Europa con su hermana María Anna (5 años mayor que él) mostrando, principalmente a la nobleza, las proezas intelectuales de las que era capaz, tales como: leer a primera vista cualquier partitura, tocar el piano con los ojos vendados, improvisar y tocar composiciones propias.

Era bien recibido por familias europeas pertenecientes a la realeza, por los reyes de Francia e Inglaterra, por la emperatriz de Austria y su hijo el emperador José, e incluso por el Papa Clemente XIV. De esta manera su talento le permitió a él y a su familia tratar con una élite que en aquella época era inconcebible para un músico, puesto que su ocupación estaba relegada a ser parte de la servidumbre de la corte. De hecho, Mozart trabajó como maestro de conciertos para la corte de Colloredo, el príncipe arzobispo de Salzburgo, desde el año de 1772. En 1780, con motivo de la preparación de su ópera Idomeneo para el estreno en Munich, Mozart estira su licencia con la corte de Salzburgo y entra en conflictos con su empleador

Mozart odiaba ese puesto. El 16 de diciembre de ese año escribe a su padre: «El próximo lunes se completarán seis semanas que estaré fuera de Salzburgo. Sabe, mi querido padre, es solamente para agradarlo que permanezco allá, ya que, por Dios, si hubiese seguido mi inclinación, un día antes de partir me hubiera limpiado el trasero con mi último contrato, pues le juro por mi honra que no es Salzburgo, sino el príncipe y su presuntuosa nobleza lo que cada día se torna más intolerable para mí”.

No se necesitaría mucho tiempo para que Mozart renunciara a su puesto en Salzburgo (1781) y se estableciera en Viena, este hecho marcó un hito dentro de la historia de la música ya que así este compositor se liberó de las ataduras que suponía el mecenazgo y se dedicó a componer a su voluntad. A pesar de que en la corte gozaba de condiciones de vida favorables, artísticamente se sentía condicionado, por lo cual prefirió arriesgarse a ser un músico pobre pero libre. Desde entonces, para poder sostenerse económicamente se vio en la obligación de componer solamente obras maestras que, además, gozaran de la aceptación y agrado del público de la época.

Mozart no fue el primer compositor pobre, sin embargo desde un punto de vista sociológico fue el primero libre, es decir que se volvió pobre a través de su libertad. En nuestros días, aun existen mecenas que condicionan las intenciones del artista, la industria y el comercio son un buen ejemplo, pues, a pesar de proporcionar al artista una buena condición económica, ofrecen una calidad mediana. Por lo tanto la idea del artista de calidad, pobre pero libre continua en pie.

A pesar de que en la corte gozaba de condiciones de vida favorables, artísticamente se sentía condicionado, por lo cual prefirió arriesgarse a ser un músico pobre pero libre. Desde entonces, para poder sostenerse económicamente se vio en la obligación de componer solamente obras maestras que, gozaran de la aceptación y agrado del público de la época.

Al partir a Viena, el nombre de Wolfgang Amadeus Mozart cayó en el olvido para los salzburgueses, su migración voluntaria había resultado en exclusión informal, su partida significó una traición. Cuando Mozart dejó Salzburgo la vida del pueblo continuaba sin el expatriado y una especie de amnesia borró las huellas de su existencia. A pesar de que Mozart gozaba de fama en gran parte de Europa; en su tierra natal pasaba desapercibido. Así, por ejemplo, comenzaron a erigirse monumentos de Mozart en 1792 un año después de su muerte en varias ciudades de Europa, pero no sería sino hasta 1842 (¡51 años después!) que en Salzburgo se hiciera el primero. De hecho, mientras que en otras partes de Europa Mozart era bastante interpretado, en Salzburgo solamente se realizó la interpretación del concierto para piano y orquesta en re menor K 466 el 22 de Marzo de 1786. Mozart murió lleno de deudas en Viena el 5 de Diciembre de 1791 y su cuerpo fue depositado en una fosa común.

Afortunadamente hoy en día las cosas son diferentes puesto que Austria y en especial Salzburgo aprovechan este, el “Año Mozart”, para enorgullecerse de lo que antaño rechazaban y así recibir ganancias impresionantes a nivel de  turismo, souvenirs, visitas a museos, visitas a la casa de la Getreidegasse donde Mozart nació y donde los Mozart vivieron de 1747 hasta 1773. De esta manera se hace un reconocimiento universal a un compositor genial que durante su vida sufrió de la incomprensión de las gentes de la época pero que más tarde, o mas bien, mucho mas tarde, fue reconocido como el genio musical más grande que ha existido y que dejó al mundo un legado musical invaluable que ha tenido eco y justo reconocimiento en todo el orbe.        

                                    Mozart, su obra y su opera:

  • Música sinfónica: Mozart compuso numerosos conciertos

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para instrumentos y orquesta.

  • Música de cámara: compuso dúos, tríos y cuartetos.
  • Música vocal: El repertorio de este tipo de música es
    numeroso y muy variado en arias, dúos y diversas combinaciones
    para solistas y orquestas.
  • Música religiosa: esta música aparece en Mozart totalmente
    construida. La composición preferida por Mozart
    son las misas.
  • Óperas: Mozart es la gran figura de este tipo de composiciones.
    Sus obras más conocidas son Ascanio in Alba,
    El rapto en el Serrallo, La nozze de Fígaro, Don Giovanni
    y Cosi fan tutte, estas tres últimas con la colaboración
    de Lorenzo Da Ponte. En sus último año de vida trabajó
    en La flauta mágica y la Clemenza di Tito.

* Daniel F.Erazo. Estudiante de la facultad de música de la Universidad del Cauca

 

 

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