Una mirada antropológica a los orígenes de los primeros habitantes de Colombia

Por: Miguel E. Delgado Burbano*.

La mayoría de los textos de historia en escuelas y colegios narran detallada y orgullosamente “la historia patria” de Colombia. Conocemos como llegaron los conquistadores europeos, como colonizaron América, los pormenores de las batallas de independencia, todo sobre cómo se formó nuestro país. Rara vez se cuenta con el debido interés la historia de las personas que vivían en América antes de la llegada de los colonizadores occidentales.

Ellos, “los indios” del pasado han sido relegados a la pre-historia, a un tiempo sin historia. En la actualidad es más conveniente buscar nuestros ancestros europeos, que nuestro legado indígena o africano. Sin embargo, somos un caleidoscopio de tres etnias: indígena, europeo y africano lo que nos representa varios legados culturales.

El presente texto pretende contar un poco sobre la historia prehispánica de nuestro país, a través del estudio del esqueleto, lo restos culturales que dejaron los grupos antiguos, análisis químicos, entre otras fuentes. De los elementos del esqueleto humano, los más informativos son los dientes y el cráneo. Medidas estandarizadas, ángulos, índices, rasgos particulares, son empleados para conocer el perfil biológico de cada individuo que, sumado a otros más, nos hablan del perfil de las poblaciones, con los que comparamos a través de métodos estadísticos y matemáticos. Después de recolectar información de miles de individuos prehispánicos de Colombia y de realizar minuciosos análisis estadísticos y numéricos es posible explicar un poco mejor el proceso de poblamiento (figura 2). La morfología del cráneo, nos dice que los primeros grupos en llegar a Sur América hace más de 12 mil años, eran grupos nómadas de cazadores y recolectores que entraron por varias vías. A través del istmo de Panamá y luego hacia el interior de Colombia, bordeando la costa Atlántica para después ingresar a Venezuela y hacia el resto de Sur América, por último bordeando la costa Pacifica entrando al interior del país desde la costa (figura 1).

Estos grupos provenían de centro y Norte América y la ruta más posible, fue por la costa Pacifica Norteamericana. Aún no estamos seguros, si sólo una población compuesta por un número pequeño de personas (no más de 50 individuos) o si múltiples migraciones, con un número variable de individuos poblaron todo el continente Americano. Lo que si resulta claro, es que hay gran diversidad en América, lo cual es consecuente con múltiples migraciones. Esto lo podemos ver en nuestro país, por ejemplo los grupos indígenas de la Sierra Nevada los Kogui, Arsario, Wayuú son muy diferentes de los de la cuenca del Amazonas y a su vez de los Andinos como Paeces, Guambianos, Guanes, etc. Lo mismo, las muestras analizadas de hace 12000 y 10000 años son bien diferentes entre sí, lo que indica que tanta diversidad es posible, si más de un grupo colonizó América (figura 1). Algunas veces, las diferencias son tan marcadas que incluso, se sugiere que grupos de diferentes partes del globo llegaron a América.

Después de recolectar información de miles de individuos prehispánicos de Colombia y de realizar minuciosos análisis estadísticos y numéricos es posible explicar un poco mejor el proceso de poblamiento (figura 2). La morfología del cráneo, nos dice que los primeros grupos en llegar a Sur América hace más de 12 mil años, eran grupos nómadas de cazadores y recolectores que entraron por varias vías. A través del istmo de Panamá y luego hacia el interior de Colombia, bordeando la costa Atlántica para después ingresar a Venezuela y hacia el resto de Sur América, por último bordeando la costa Pacifica entrando al interior del país desde la costa (figura 1)

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Figura 2. El cráneo humano más antiguo de Colombia del sitio Sueva con 10090 años correspondiente a una mujer adulta. Foto Dreamstime.com

La teoría más aceptada es que grupos del Noreste asiático de la región de Siberia llegaron primero a Norte América a través del estrecho de Bering y luego siguieron hacia el sur colonizando hasta la Patagonia en Sur América. Algunos investigadores estadounidenses han encontrado restos de un esqueleto masculino (entre 8 mil y 7 mil años) llamado hombre de Kenewick cuya similitud con grupos europeos es sorprendente. En Sur América los Investigadores Walter Neves (U. de Sao Paolo) y Héctor Pucciarelli (U.N. de La Plata) después de analizar restos de varios individuos del sitio Lagoa Santa en Brasil (11500 años) y Tequendama en Colombia (10000 años) indican que los primeros americanos provenían del Sudoeste asiático relacionados con grupos Australomelanesios.

Esta similitud esta basada en análisis estadísticos multivariados y reconstrucciones del rostro que muestran que al menos Luzia (mujer más antigua de América) posee un claro patrón africano o Australomelanesio.

Tal vez, la diferencia entre ambos grupos no se deba a que poseen orígenes distintos sino, que la selección natural (adaptación) modificó drásticamente la morfología craneofacial (figura 2). Si los grupos más antiguos de la Sabana de Bogotá y Porce en Antioquia son distintos del resto de grupos más recientes, quiere decir que quizás los primeros grupos en llegar eran diferentes de los grupos indígenas posteriores e incluso con los grupos actuales. Los dientes también nos indican que los grupos más antiguos son en realidad bastante diferentes del resto, mostrando un patrón similar al exhibido por el estudio craneométrico.

La morfología craneofacial y dental muestra modificaciones muy importantes hace 5000 años. Aún así, ese cambio no es sorprendente, porque en todo el mundo ocurre un fenómeno similar y se relaciona con la adopción de la agricultura, como principal fuente alimentaria. No obstante, se observan cambios muy marcados, que se relacionan con cambios a nivel ambiental hace más de 6000 años, que produjeron a su vez  notables modificaciones a nivel social al interior de los grupos. Algunos restos óseos presentan enfermedades generalizadas que hablan de infecciones producidas por fracturas y enfermedades como la osteomielitis. Otros restos muestran signos de consumo humano sugiriendo canibalismo o prácticas rituales. Además, se notan signos de violencia en algunos huesos lo que indica batallas entre diferentes grupos.

La arqueología y los estudios paleoambientales (de la historia ambiental) sugieren que hubo varios corredores por los cuales el ser humano penetró a diferentes entornos de nuestro país (figura 1). Los valles interandinos del Cauca y el Magdalena fueron los principales. La morfología también muestra, que hay gran similitud entre grupos relacionados con dicho corredor. Es posible, que los ancestros de algunos grupos que habitaron dicho territorio posean un parecido bastante marcado, a causa de un mismo origen. Así mismo, ver el efecto de la evolución en dicho proceso, los Muiscas de la Sabana son muy similares a los del Valle del Cauca, aludiendo mestizaje, producto de contactos entre dichas regiones

A través de los dientes sabemos que a pesar de consumir bastantes vegetales, su dentición no poseía tanta caries como los agricultores. La carne producto de la cacería y la pesca también representó un recurso importante en su dieta. Otras patologías como lesiones en el borde del maxilar y mandíbula (región alveolar) y el nivel del desgaste dental muestran diferencias marcadas entre los grupos antiguos y recientes. Modificaciones a nivel del cráneo y la dentición son evidentes, después de la transición de caza-recolección a agricultura hace 5000 años en la Sabana de Bogotá. Los grupos cazadores y recolectores eran grupos nómades, que recorrían grandes territorios en busca de alimentos y cuando los encontraban rara vez los cocinaban.

Por el contrario los grupos agricultores cultivaban su alimento y además lo preparaban (cocción). Entonces, antes de la adopción de la agricultura la gente poseía cráneos robustos, dientes grandes y fuertes, bien adaptados para triturar el alimento, a diferencia de los agricultores que poseían cráneos más pequeños y dientes más gráciles debido a que trataban los alimentos antes de consumirlos.

La arqueología y los estudios paleoambientales (de la historia ambiental) sugieren que hubo varios corredores por los cuales el ser humano penetró a diferentes entornos de nuestro país (figura 1). Los valles interandinos del Cauca y el Magdalena fueron los principales. La morfología también muestra, que hay gran similitud entre grupos relacionados con dicho corredor. Es posible, que los ancestros de algunos grupos que habitaron dicho territorio posean un parecido bastante marcado, a causa de un mismo origen. Así mismo, ver el efecto de la evolución en dicho proceso, los Muiscas de la Sabana son muy similares a los del Valle del Cauca, aludiendo mestizaje, producto de contactos entre dichas regiones. Es posible que el parecido biológico se deba a que poseen un mismo ancestro. Otros grupos del Caribe tienen similitudes morfológicas con los grupos más antiguos de Colombia, indicando que tal vez, sean sus descendientes directos. Las muestras del Valle del Cauca poseen relaciones marcadas con grupos del Cauca. Este hallazgo no es sorprendente, dado que al vivir en regiones cercanas tuvieron oportunidad de relacionarse cultural y biológicamente. Los grupos de Nariño son similares a los de Ecuador, la similitud biológica, se relaciona con la poca distancia geográfica entre los grupos.

Actualmente en nuestro país se llevan a cabo investigaciones muy interesantes, respecto a la forma de vida de nuestros antepasados, los cuales se realizan con la misma seriedad y con la misma tecnología que en otros países. Es muy importante que tanto los investigadores como la gente interactuemos para conocer y dar a conocer un pasado, que al fin de cuentas, no es más que nuestro propio pasado.

*Investigador Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y División de Antropología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Buenos  Aires-Argentina

notables modificaciones a nivel social al interior de los grupos. Algunos restos óseos presentan enfermedades generalizadas que hablan de infecciones producidas por fracturas y enfermedades como la osteomielitis. Otros restos muestran signos de consumo humano sugiriendo canibalismo o prácticas rituales. Además, se notan signos de violencia en algunos huesos lo que indica batallas entre diferentes grupos. A través de los dientes sabemos que a pesar de consumir bastantes vegetales, su dentición no poseía tanta caries como los agricultores. La carne producto de la cacería y la pesca también representó un recurso importante en su dieta. Otras patologías como lesiones en el borde del maxilar y mandíbula (región alveolar) y el nivel del desgaste dental muestran diferencias marcadas entre los grupos antiguos y recientes. Modificaciones a nivel del cráneo y la dentición son evidentes, después de la transición de caza-recolección a agricultura hace 5000 años en la Sabana de Bogotá. Los grupos cazadores y recolectores eran grupos nómades, que recorrían grandes territorios en busca de alimentos y cuando los encontraban rara vez los cocinaban. Por el contrario los grupos agricultores cultivaban su alimento y además lo preparaban (cocción). Entonces, antes de la adopción de la agricultura la gente poseía cráneos robustos, dientes grandes y fuertes, bien adaptados para triturar el alimento, a diferencia de los agricultores que poseían cráneos más pequeños y dientes más gráciles debido a que trataban los alimentos antes de consumirlos.

La arqueología y los estudios paleoambientales (de la historia ambiental) sugieren que hubo varios corredores por los cuales el ser humano penetró a diferentes entornos de nuestro país (figura 4). Los valles interandinos del Cauca y el Magdalena fueron los principales. La morfología también muestra, que hay gran similitud entre grupos relacionados con dicho corredor. Es posible, que los ancestros de al- gunos grupos que habitaron dicho territorio posean un parecido bastante marcado, a causa de un mismo origen. Así mismo, ver el efecto de la evolución en dicho proceso, los Muiscas de la Sabana son muy similares a los del Valle del Cauca, aludiendo mes- tizaje, producto de contactos entre dichas regiones. Es posible que el parecido biológico se deba a que poseen un mismo ancestro. Otros grupos del Caribe tienen similitudes morfológicas con los grupos más antiguos de Colombia, indicando que tal vez, sean sus descendientes directos. Las muestras del Valle del Cauca poseen relaciones marcadas con grupos del Cauca. Este hallazgo no es sorprendente, dado que al vivir en regiones cercanas tuvieron oportunidad de relacionarse cultural y biológicamente. Los grupos de Nariño son similares a los de Ecuador, la similitud biológica, se relaciona con la poca distancia geográfica entre los grupos.

Actualmente en nuestro país se llevan a cabo investigaciones muy interesantes, respecto a la forma de vida de nuestros antepasados, los cuales se realizan con la misma seriedad y con la misma tecnología que en otros países. Es muy importante que tanto los investigadores como la gente interac- tuemos para conocer y dar a conocer un pasado, que al fin de cuentas, no es más que nuestro propio pasado

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