Sobre poder, imprenta e lIustración.

Elaborado por: Silvio E. Avendaño C.

Cuando paso por la plaza donde se erige el monumento a Camilo Torres, evoco un fragmento del Memorial de Agravios (1809) dirigido a la Suprema Junta Central de España, documento que no llega a su destino.

“En cuanto á la ilustración, la América no tiene la vanidad de creerse superior, ni aún igual á las provincias de España. Gracias a un gobierno despótico, enemigo de las luces, ella no podía hacer rápidos progresos en los conocimientos humanos, cuando no se trataba de cosa que poner trabas al entendimiento. La imprenta, el vehículo de las luces, i el conductor mas seguro que las puede difundir ha estado mas severamente prohibida en América, que en ninguna otra parte. Nuestros estudios en filosofía se han reducido á una jerga metafísica, por los autores más obscuros y despreciables que se conocen. De aquí nuestra vergonzosa ignorancia en las ricas preciosidades que nos rodean, i en su aplicación a los usos mas comunes de la vida.”

La ignorancia es promovida por gobiernos y organizaciones que intentan mantener las cosas en secreto y, desconocen el poder de la razón y en la posibilidad de reorganizar la sociedad a base de principios racionales. De esta manera, parece que no solo en la atmósfera colonial, lo más importante en la política, es lo que no se dice; como se disfrazan los problemas, o se fomenta la discusión de lo que carece de importancia. El mundo colonial pretendía la unidad que se conseguía por medio de las dos llaves: la de la monarquía y la del catolicismo.

El caso de la prohibición de la imprenta ha sido significativo para estas latitudes. Mientras, al otro lado del charco, la imprenta prensaba desde 1450, llegó al Nuevo Reino de Granada a finales del siglo XVIII. Una de las primeras publicaciones fue el Papel periódico de Santafé (1791). El invento de Gutenberg divulgó los trabajos de la Expedición botánica e influyó para dar fin al régimen colonial. Pero el analfabetismo no hacia posible la formación de una amplia “opinión pública”, en una sociedad plasmada entre la “gente de bien” y la “plebe”.

Camilo Torres viajó de Popayán a Santafé, en 1788, al colegio de Nuestra Señora del Rosario y se dedicó a los estudios de jurisprudencia. Pero los estudios de filosofía se centraban en la   jerga metafísica. Más la Ilustración se encaminaba por la nueva física: Tycho Brahe, Copérnico, Kepler, dejando atrás la física aristotélica. En lugar de la silogística el método de la observación, la experiencia y el razonamiento: inducción y deducción dio una nueva dirección a la filosofía. El paso de José Félix Restrepo por Popayán (1782-1812) y su curso Lecciones de lógica, Lecciones de física y Lecciones de metafísica, crea una nueva atmósfera intelectual que dejaba atrás, aquello que señalaba Camilo Torres: “Nuestros estudios en filosofía se han reducido á una jerga metafísica, por los autores más obscuros y despreciables que se conocen”.

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