La crisis petrolera un montaje para quebrar Ecopetrol

Por: Julián Mateus

…Negar los derechos de trabajadores y entregar el petróleo a las multinacionales

El petróleo se transporta desde los pozos hasta las refinerías a través de unas redes de tubos llamadas oleoductos y poliductos que usualmente miden varios cientos de kilómetros. El eslabón final de la cadena es la distribución en las llamadas estaciones de gasolina. Cada una de esas actividades constituye en sí un importante negocio. El solo hecho de poseer apreciables cantidades de petróleo en el subsuelo puede significar para un país una fuente de importantes ingresos.

Sin embargo, dentro del negocio del petróleo es la distribución la que produce las mayores utilidades, porque al lado de la venta de gasolina se realiza la de lubricantes, ceras, siliconas, grasas, seguros, etc. Tan alto es el volumen de ventas de gasolina, que el 20% va a pasar a las arcas de municipios y ciudades para la reposición de la malla vial; es la denominada sobretasa a la gasolina. Por otra parte, el petróleo es materia prima para la industria petroquímica que produce úrea, amoníaco, negro de humo, cloruros de polivinilo, etíleno, aromáticos, alquilato detergente, y poliétileno, entre otros.

El gas natural, asociado a la producción de petróleo, se ha convertido a principios del siglo XXI en otra pieza clave de la economía energética. Su consumo tanto a nivel industrial como domiciliario ha aumentado considerablemente. En 1998, en Colombia cerca de 2 millones de hogares utilizaban gas domiciliario, hoy lo usan cerca de 6 millones. Este se transporta desde la Guajira por medio de redes de ductos y gasoductos. Su obtención es muy económica, por eso se ha convertido en sustituto de otros combustibles y de energía eléctrica en ciertos usos.

En todo el mundo ha habido gigantescas protestas por esta agresión
En todas partes del planeta estados Unidos mete la cuchara detrás de recursos naturales como el petróleo

El control total o parcial del negocio del petróleo puede ser propiedad estatal o privada, tanto de empresas nacionales como extranjeras. La tendencia mundial ha sido el monopolio del Estado: en México, Pemex, en Chile, la Empresa nacional de petróleos, en Brasil, Petrobras; en Irán, la National iranían oil company;  en Francia la Compañía Francesa de petróleo;  en Japón, la Corporación petrólera nacional. Incluso en países con fuerte liberalismo económico como Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, el Estado considera como  de seguridad nacional una política petrolera estatal. Nuestra vecina Venezuela es uno de los gigantes mundiales del petróleo, después de Arabia Saudita, Irak e Irán. Además de su elevado volumen de producción, posee uno de los principales yacimientos petrolíferos del mundo a lo largo de la cuenca del rio Orinoco; este, uno de los cuatro ríos más grandes de la tierra, navegable en la mayor parte de su recorrido, constituye una vía excelente hacia el mar y hacía el río Amazonas.

Esa situación estratégica de Venezuela ha despertado de tiempo atrás el más voraz apetito de las empresas transnacionales. Toda la vida política y social de ese país ha estado determinada por el petróleo. Las propuestas para nacionalizar o privatizar la industria petrolera alimentan el debate político partidista venezolano. Según el investigador Álvaro Zapata-Domínguez, (revista Deslinde N 13), Petróleos de Venezuela es la mas importante empresa del Tercer Mundo y generada en 1993 cerca del 20% de Producto Interno Bruto del país. Conformada por 13 filiales, controla la exploración, la refinación, el transporte y la distribución. Una parte apreciable de la inversión social proviene de las utilidades que deja el petróleo. Hoy como ayer, la presencia acechante de Estados Unidos en Venezuela esta relacionada con la enorme demanda que tiene del combustible, ante la incierta situación política de sus principales abastecedores Arabia, Irak e Irán.

Nuestros otros vecinos, Ecuador y Perú también han creado sus respectivas empresas estatales de petróleos. Mientras al sur, Argentina, que fuera ejemplo de solidez petrolera, equivocadamente decidió privatizar su poderosa empresa estatal.

En Colombia, el panorama petrólero es bastante complejo. La vecindad con Venezuela, particularmente el hecho de que la cuenca occidental del Orínoco pertenezca a Colombia, lleva a esperar lo contrario. Si se tienen en cuenta anteriores hallazgos como Cusiana y Caño Limón y otros en nuestra Orinoquía, ¿Por qué no ser optimistas en cuanto a la existencia de buenas reservas en nuestro subsuelo?

Desde que se inicio la exploración petrolífera en el país, mediante unos contratos llamados Concesiones, los distintos gobiernos han facilitado a empresas extranjeras la apropiación de este recurso durante periodos hasta de varias décadas. Una vez que terminaba el plazo de explotación, el pozo y las instalaciones debían pasar a manos del Estado. No obstante, mediante  juegos jurídico-políticos siempre se intento ampliar los años de la concesión. Por ese motivo los mismos obreros de la Tropicla Oil Company, empresa extranjera, se declararon en huelga en 1948 para exigir el traspaso (la reversión, en términos técnicos) de la Concesión De Mares.

Gracias a esta acción de los trabajadores colombianos se obtuvo la primera reversión de un pozo a la Nación en 1951. Entonces nació la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL, con la misión de proteger los intereses nacionales en el manejo del llamado “oro negro”  del saqueo  imperialista. La historia de la empresa más grande de Colombia se ha visto nublada por el acecho de los pulpos extranjeros. Una y otra vez los trabajadores han sido obligados a utilizar la movilización, el paro y la huelga, para detener el despojo del valioso recurso. Los enemigos de Ecopetrol han esgrimido toda clase de mentiras para sacarla del negocio. Alegan, por ejemplo, que las ventajas competitivas que e Estado concede a la empresa ahuyentan la inversión extranjera, que la administración es ineficiente, que los trabajadores gozan de privilegios laborales inmerecidos, etc.

Como lo reconocen expertos en el tema, la realidad es otra. La empresa genera enormes utilidades a la nación que le permiten cubrir parte del gasto fiscal, entre otros el de educación que aporto durante el año 2003 en cerca del 70%. Por otra parte, con tan altos niveles de rentabilidad (que posiblemente podrían ser mejores) nadie puede oponerse a que los trabajadores sean participes de estos beneficios con los cuales espiran a una vida digna.globalizacion

Bajo este gobierno se están creando las condiciones para el desmantelamiento final de Ecopetrol, avocando de paso al país a una inevitable crisis petrolera. Mediante la expedición del nefasto decreto 1760 de 2003 se liquida prácticamente a la empresa estatal y se entrega a las multinacionales la casi totalidad de la actividad petrolera, privando a la nación de altos ingresos con lo cual se agrava su ya difícil situación fiscal. Para conseguir sus propósitos, las empresas extranjeras decidieron reducir las explotaciones con la pretensión de extender los plazos de las concesiones hasta agotar los pozos  aumentando sus jugosas ganancias pues no invertían en nueva sísmica, a la vez que presionaban al gobierno por nuevas gabelas.

Según el senador Hugo Serrano, experto en el tema, en una conferencia dictada el año pasado “… en el 2005 vamos a tener que comprarle petróleo a las multinacionales a precios internacionales… y en el 2006 comenzaremos a importarlo. Así sucedió entre 1976 y 1985; por una política petrolera errada tuvimos que importar cerca de 1.000 millones de barriles de petróleo. En ese entonces el precio estaba en promedio a 22 dólares el barril. Hoy esta alrededor de 40 dólares. Si eso llega a suceder, el déficit fiscal aumentara considerablemente y la situación financiera del país será mucho mas grave… entre el año 1998 y el 2003 sacamos de nuestras reservas 1.452 millones de barriles.

La producción nacional que en 1998 era de 817.000 barriles diarios en 2003 es de 522.000. Hemos disminuido nuestra producción en 295.000b/d.”.

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Llegarán nuevos tiempos, en que los trabajadores de Ecopetrol se levanten como en viejos tiempos y junto al resto del pueblo, recuperen las riquezas y soberanía nacional

Si las predicciones del senador Serrano se cumplen, la inversión social, sobre todo en el sector de Educación, se vería muy afectada. El mismo director de la Agencia Nacional Hidrocarburos, ANH, ha dicho escuetamente, a través de los medios, que efectivamente vamos a tener que comprar petróleo a precios internacionales. Con la expedición del decreto 1760 las compañías extranjeras que manejan el negocio ya no están obligadas a asociarse con la empresa estatal. Así esta deja de recibir el 30% del crudo extraído, el que ayudaba a abastecer sus   refinerías. Dada la enorme distancia en cuanto a capitales y tecnología con las multinacionales nuestra empresa estatal no esta en capacidad de competir con aquellas.

Llegaran los nuevos días en que los trabajadores de Ecopetrol se levanten como en viejos tiempos y, junto al resto del pueblo, recuperen sus derechos, las riquezas y la soberanía nacional.

Para completar el cuadro desolador de las políticas petroleras, hace rato que las estaciones Terpel, otrora propiedad de Ecopetrol fueron privatizadas, con lo cual se esfumó la posibilidad de recibir cuantiosas utilidades de la distribución.

Como respuesta, la Unión Sindical Obrera, USO, sindicato de los trabajadores de Ecopetrol, el 22 de abril de este año declaro la inminente huelga. Después de un poco más de un mes de negociaciones con el gobierno se puso fin a la huelga con la mediación del obispo de Barrancabermeja, quien pedía que no hubiera “ni vencidos ni vencedores”. De hecho si los hubo, al no derogarse el nefasto decreto 1760. Entre otras consecuencias, Ecopetrol perdió su manejo presupuestal para hacer inversiones que sean rentables, pues el Ministerio de Hacienda es el encargado de administrar sus ingresos financieros. Los contratos de asociación que tenían las multinacionales se extendieron muchos mas años, entonces los pozos y las instalaciones ya no pasaran en pocos años a manos de Ecopetrol como estaba previsto; las multinacionales  ya no están obligadas a asociarse a nuestra empresa estatal, pero si se les permite usar los oleoductos y otras propiedades de esta para el desarrollo de sus actividades.

Por si fuera poco, el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos también anuncio que era probable la privatización de varias empresas pertenecientes a Ecopetrol, mediante la venta de acciones, entre ellas seguramente la refinería de Cartagena. Por otra parte, prosigue la política de despidos de trabajadores y del recorte de sus derechos sobre todo para los nuevos trabajadores contratados tanto a término indefinido como provisionalmente. Ara no alargar, los precios de los combustibles seguirán subiendo al ritmo de los precios norteamericanos incidiendo negativamente en el desarrollo industrial y económico del país, acrecentando los intolerables niveles de pobreza de millones de colombianos.

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