Estudiantes de Bogotá defienden los colegios nocturnos
La creciente resistencia de los alumnos al cierre de los colegios nocturnos, que empezó con la orden de sacar a los profesores de tiempo completo, surge la necesidad de crear una herramienta de lucha propia de los estudiantes: una Federación Distrital de Consejos Estudiantiles, como la manera más adecuada de enfrentar la arremetida del gobierno a la educación pública ofensiva que adelanta la Secretaría de Educación del Distrito en cumplimiento de las órdenes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Batallas valerosas se han presentado, como la registrada en Bogotá en la noche del 24 de abril, cuando más de 10.000 estudiantes salieron a la calle con consignas como: ¡Contra el 715, protesta, protesta, protesta popular! Brillaba el entusiasmo y la combatividad de esos jóvenes en la defensa de su derecho al estudio. La lucha continúa ahora con la toma de los colegios Departamental Nacionalizado Compartir, Integrado de Soacha, Francisco de Paula Santander de San Mateo y Las Villas, Costa Rica, Departamental Integrado de Fontibón, y otros que se vienen sumando.
Es necesario darle mayor fuerza y organización al movimiento estudiantil, es preciso conformar los consejos estudiantiles donde no los haya y que éstos sean representativos de la base estudiantil, que se elijan en una franca, abierta y democrática contienda electoral y no a dedo por las directivas. Los Consejos estudiantiles deben ser autónomos, es decir que en las decisiones que tomen no deben incidir los intereses de las directivas o el gobierno. Deben ilustrar y orientar al conjunto de los estudiantes, y estudiar, junto con estudiantes y maestros la reforma educativa y la política que la orienta, para tener argumentos en su lucha y cumplir su papel dirigente .
Los consejos estudiantiles deben ser autónomos, deben ilustrar y orientar al conjunto de los estudiantes, y estudiar, junto con estudiantes y maestros la reforma educativa y la política estudiar la re que la orienta, para tener argumentos en su lucha y cumplir su papel dirigente.
Elegidos los representantes al Consejo Estudiantil, se debe proceder a elaborar unos estatutos y planificar el trabajo necesario para conformar comités de varios consejos estudiantiles que impulsen tareas en pro de la Federación. La Federación Distrital de Consejos Estudiantiles es como un sindicato en el que confluyen todas las vertientes de pensamiento, militantes de partidos y no militantes, sin discriminación. Si en Bogotá hay 1.000 colegios con consejo estudiantil, debe haber uno o dos delegados de cada uno a una asamblea general que nombre, en elecciones democráticas, una junta directiva y fije sus tareas y un programa mínimo que recoja aspectos como la defensa de la educación pública; la defensa de una enseñanza para desarrollar a nuestro país de manera autónoma y que forme con los elementos más avanzados de la ciencia y de la cultura de la humanidad; la financiación estatal de la educación; la conformación de una planta docente que sea la adecuada y necesaria para dar una educación integral, de alta calidad, eliminando la contratación de maestros por horas; la definición soberana de políticas educativas, sin la intervención extranjera.
Exhortamos desde el periódico Leonardo da Vinci a todas las organizaciones estudiantiles, gremiales y políticas, al sindicato de maestros y a los padres de familia a que de manera mancomunada empecemos esta tarea tan necesaria: conformemos pronto un Comité Pro-Federación de Consejos estudiantiles que abandere este proceso y empiece a liderar una verdadera resistencia contra todas las manifestaciones de la dominación extranjera. Sigamos el ejemplo de los estudiantes de España que acaban de hacer una huelga nacional, orientados por el sindicato nacional de estudiantes, que agrupa más de 2 millones de alumnos.
¡Por la defensa de la educación pública: Federación de Consejos Estudiantiles!
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