Decreto 3238 el concurso para “nombrar” profesores: des-profesionalización e inestabilidad laboral

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El concurso esconde una reestructuración de las plantas de personal con la cual quedarán por fuera miles de maestros provisionales y de Órdenes de Prestación de Servicios, OPS 

El 6 de octubre de este año el Ministro de educación expidió el decreto 3283 que establece las pautas para participar en un concurso y nombramiento en la carrera docente. Aunque la lógica debía ser que los maestros provisionales tuviesen nombramiento automático, la señora ministra se salió con la suya al recibir concepto de Consejo de Estado, que declara que dicho concurso debe ser abierto y los maestros  provisionales deben presentarse a las pruebas sin tenérsele en cuenta su experiencia.

Este concurso forma parte del engranaje de la ley 715 y su reglamentario el nuevo anti- Estatuto docente, para reducir la nómina de maestros estatales, reducir el gasto, establecer la inestabilidad laboral, requerir un maestro todero, sumiso y que aplique toda la política educativa del Banco Mundial.

Las entidades territoriales deben someterse a toda determinación que promulgue el Ministro de Educación al respecto, aunque sean éstas las que lo organicen, financien y desarrollen. No pueden nombrar más maestros de los autorizados de acuerdo a los recursos, para dicho entre territorial. Si lo hacen, deben ingeniarse la manera de crear más impuestos para la región, porque la Nación no dará ni un céntimo del SGP para pagar más maestros.

Son varias las formas que presenta este decreto para retirar maestros; los municipios no certificados deberán suprimir las vacantes o cargos provistos por provisionales; los aspirantes deben presentar innumerable cantidad de requisitos; no se convoca a concurso a profesores de áreas técnicas ni a los de artes y educación física, pues vienen siendo eliminados.

En realidad este concurso es más para retirar, que para nombrar maestros en la pública

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Sucede a la inversa de antes de la 715, cuando la Nación estaba obligada a nombrar los maestros que necesitarían las entidades territoriales. Para los pocos maestros nombrados, apenas en periodo de prueba, se les impondrá el régimen de salario mínimo, sin prestaciones.

…Los educadores colombianos, con la complicidad de la actual dirección sindical quedaran como los maestros de los años sesenta…

También pueden presentar el concurso maestros de la antigua planta, en propiedad, pero quedan en periodo de prueba, en total inestabilidad, ¿por qué quien les garantiza a estos, que en este tiempo no puedan ser destituidos y perder la posesión que tenían? Fuera de que el maestro debe saber de todo un poco, lo único que falta es que le toque hasta barrer y cuidar la escuela. Hay que seguir en tónica actual, aburrir al maestro para que diga: “No aguanto más, me voy”. Lo que ha llevado a más de 70.000 a renunciar.

El nuevo anti-estatuto docente contempla el nombramiento de toda clase de personas que no sean licenciados y este concurso ejecuta dicho dictamen, líderes comunales, bachilleres, soldados u otros que no tendrán derecho a inscribirse en el escalafón, así que sus condiciones salariales y prestacionales serán aún mas lamentables y, la tan pregonada “excelencia académica”, será una burda demagogia.

Este decreto determina que los nombrados como directivos deben saber de “solución de conflictos”, pedagogía de post-modernidad o negación del conocimiento y buenas capacidades como verdugo, acatando los requerimientos de su jefa mayor, que cumple bien las órdenes del Banco Mundial. Los actuales directivos además, de atender ocho o más instituciones educativas a la vez, pueden hacer las veces de supervisores, administrativos y jefes de núcleo. Así, el gobierno se ahorra mucho más plata y acaba estos cargos.

El pobre aspirante, a ser nombrado como maestro en periodo de prueba por dos años, debe además presentar prueba por años, además presentar evaluación de aptitudes y competencias básicas que vale 60% del total, prueba psicotécnica, 25%; entrevista 10%; valoración de antecedentes 5%. Todos deben decir que son sumisos y defender el orden establecido, la explotación y la miseria para las grandes mayorías. La valoración de antecedentes, que vale tan poco del total, también sirve para excluir posibles maestros. Si obtiene menos del 60% en la evaluación de competencias o de desempeño serán retirados y si estaban inscritos en el escalafón retomarán a una plaza si hay vacante y sino también, serán retirados del servicio.

Se establece con las nuevas normas que al maestro lo vigile y cuestione todo el mundo, pueden abrirle procesos disciplinarios y hacerlo, incluso suspender. La vieja dignidad que tenía el maestro en otrora, se echó al cesto de la basura con estas leyes.

Además, durante los dos años de prueba, deben someterse cada año, a la evaluación de desempeño, que es subjetiva y represiva y, como si fuera poco todo este calvario, el nuevo educador podrá ascender siempre y cuando haya disponibilidad presupuestal. El maestro que por todos estos motivos no supere el periodo de prueba será también excluido. Durante estos dos años todavía no hay inscripción en el escalafón, lo que quiere decir que a estos educadores, se les podrá pagar salario mínimo o incluso menos.

Este concurso, como toda esta nefasta ley educativa, niega el derecho a la defensa y coloca al patrón a tener dos funciones a la vez: juez y verdugo. Habiendo superado todos estos obstáculos el nuevo profesor tiene 15 días para su posesión y si en estos días no se presenta por falta de información o porque vive demasiado lejos, también en premio a todos estos sacrificios que tuvo que hacer, podrá ser excluido y en reemplazo se nombrará al siguiente de la lista. El trabajador con cara pierde y con sello también.

Estas nuevas condiciones degradan la tan bella profesión docente, la convierten en una asquerosa prueba de sacrificios, que nadie a voluntad quiere hacer. Es una legislación más, que va como el cangrejo: para atrás.

Con todo esto, los educadores colombianos con la complicidad de la actual dirección sindical quedarán como los maestros de los años sesenta, apurado con un infeliz salario. Aquellos consiguieron a punta de lucha el Estatuto docente que garantiza la estabilidad y la profesionalización de esta carrera. Tendremos que aprender de la vieja guardia, limpiar la casa y empezar un proceso de grandes luchas que permitirán a los trabajadores conseguir sus derechos, y a los pueblos empezar el proceso de construir una sociedad más digna.

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